La importancia de la dominicana Julia Cobier en la vida de Bolívar

La importancia de la dominicana Julia Cobier en la vida de Bolívar

Las exigencias académicas del profesor español Dr.  Antonio Remiro Brotons me obligaron a investigar sobre  la historia  latinoamericana, a sabiendas de que la  naturaleza rica, compleja e ilimitada de ese tema y la subsiguiente posibilidad de sorpresas y aletheia en el sendero de la exploración, me podían proporcionar maravillosas informaciones. Confirmé mis expectativas cuando  ese sendero  me condujo al descubrimiento de personajes tan significativos como el de la criolla dominicana Julia Cobier, figura decisiva y oportuna en un momento crucial de la vida de Simón Bolívar.

Cuando Julia Cobier conoció a Bolívar, en Jamaica, éste  se encontraba en una situación económica lamentable,  llevaba  una vida casi de mendigo, y espiritualmente estaba destrozado; algunos escritores  se refieren a esta época  de su vida en términos lúgubres, resaltando  sus  ideas suicidas.

Sobre esta etapa,  sombría, en la vida del Libertador,  tenemos conocimiento  a través de la carta que le dirigiera  El Libertador al comerciante escocés Maxwell Hyslop, ex compañero de negocios de su hermano, Juan Vicente Bolívar.  El prócer venezolano le escribió  en los siguientes términos: “Ya no tengo un duro; he vendido la poca plata que traje.  No me lisonjea otra esperanza que la que me inspira el favor de usted. Si usted no me concede la protección que necesito para conservar mi triste vida, estoy resuelto a no solicitar la  beneficencia de nadie, pues es preferible la muerte a una existencia tan poca honrosa. La generosidad de usted debe ser gratuita, porque me es imposible ofrecer ninguna recompensa, después de haber perdido todo; pero mi gratitud será eterna”.

Si bien es cierto que El Libertador fue poco austero en su relación  con las féminas, según sus biógrafos, el caso de  Julia Cobier tiene una relevancia capital, por lo oportuno   de su presencia en un momento aciago de la  vida de Bolívar. Sobre este particular, el escritor inglés Robert Harvey, en su obra: Los Libertadores, expresa lo siguiente: “cayeron uno en brazos del otro por mutua necesidad, como a veces ocurre entre dos personas  que han experimentado horrores o desdichas personales. Julia tenía para Bolívar  el atractivo añadido de ser rica y, arropado por sus atenciones, Bolívar recobró el ánimo. Le dio por escribir  lo que sería su pronunciamiento más famoso, su “Carta de Jamaica”.

Julia Cobier eleva su figura en el tiempo por haber visto casi con presciencia lo que aquel hombre representaba, las grandiosas cualidades que contenía su ser, y el  imperecedero legado de  sus acciones, todo ello acompañado por el inquebrantable amor idealista a la libertad que caracterizó a Bolívar, por su rechazo a la  corrupción que puede producir el ejercicio indiscriminado del poder, y por su integridad al no haberse dejado aprisionar jamás por  la ciega megalomanía.

Julia Cobier, sostén y empuje de los designios que marcarían el destino de  Simón Bolívar, es un ejemplo del carácter, eterno e inmutable, de la solidaridad como patrimonio vital y unificador de la familia humana en su diversidad de prácticas y valores.

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