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Las estadísticas que abarcan los años desde 1989 al 1992 (desconocemos los cómputos para el 1993 y los del 1994), reflejan la cantidad de accidentes de tránsito terrestre en la República Dominicana, según clase y tipo de lesionados. Y nos demuestran, claramente, porqué cada día resulta más delicado y peligroso conducir por calles y carreteras del país y la necesidad de poner freno cuanto antes a la ola de accidentes, para evitar la desgracia que arrastran los lesionados por tal motivo, y el dolor que embarga a las familias que han visto al padre, al hermano, al hijo, o al amigo envueltos en accidentes, motivo por el cual o han quedado inválidos o han fallecido inesperadamente.

Solo en el Distrito Nacional se produjeron en el 1989,12,306 colisiones y en el año 1990,11,534, lo cual significa que el aumento de estos lesionados (heridos y muertos) serán aún mayores para el año 1993, y los resultados de los cómputos serán alarmantes cuando se conozcan las estadísticas del año 1994, cuando el aumento de vehículos en circulación ha sobrepasado los límites de la exageración y además se está conduciendo los vehículos con menor experiencia y sin verdaderos controles policiales, lo que ha convertido en un caos la circulación vehicular en las ciudades y carreteras. En Detroit, el consejo de Industriales sobre Prevención de Accidentes ha desarrollado un extenso programa, debiera ser adaptado a las condiciones de nuestro país en colaboración con la Policía, con el propósito de reducir los accidentes fuera de trabajo, esto es, arrancar a los trabajadores de las garras de un accidente terrestre, sobre todo en los cruces de las calles.