Cuando nos referimos a la identidad 2.0 estamos hablando de lo que hoy en día llamamos identidad digital, o la personificación de los individuos y organizaciones en el internet, esto es el rastro que deja cada usuario en la red producto de su interrelación con otros usuarios o de la generación de contenido. Si buscamos nuestro nombre en Google (que lo más probable has sucumbido a la tentación) es probable que encuentres tu perfil en Facebook o Instagram y unas cuantas imágenes que hayas subido o compartido con otro usuario.
La facilidad de conexión que conlleva la red ha creado una realidad paralela en línea, que comprende nuestras imágenes, comentarios, contactos en nuestras redes, direcciones de correo electrónico y métodos de mensajería instantánea. Casi todos nuestros conocidos (por no englobar a todos) hace uso de una red social y en ese mismo aspecto las organizaciones se están formalizando cada día mas en la realidad virtual.
La realidad que es la identidad 2.0 intensifica la importancia que conlleva el contenido que se promueve en nuestras redes ya que cada imagen, cada estado, cada video compartido está construyendo nuestra reputación en línea. Las empresas conscientes de esto están utilizando la asesoría de expertos en el tema o en su defecto dentro de su organización ya tienen un community manager.
Por esto es que hoy en día compartir una imagen implica más que la simple acción de compartir una imagen, si no que el contenido de la imagen es una representación de nuestra identidad virtual. Un estado compartido en Facebook, ya no simplemente es un párrafo, puede significar nuestros ideales en el momento, y si usted considera que lo que compartimos en nuestras redes no está creando nuestra identidad virtual, dígame ¿ha visto usted en memorias de Facebook ese estado que usted publicó en el 2010? Al verlo nuevamente ¿Cómo se sintió?