Hace  unos meses y en este mismo espacio hice referencia a  Hatuey Decamps, en el que ponderé sus cualidades y  la conveniencia de que dirigentes con su experiencia no libre batallas, que aunque importantes y llenas de principios o ilusiones, pudieran estar lejos de la realidad político-coyuntural que vive nuestro país; igualmente sobre  la necesidad de que de alguna forma pudiera dar un paso hacia lo que definí como el inicio de un camino hacia el retorno, entendiendo que con ello se fortalece la institucionalidad y  la democracia.

Simpatice usted o no con él, tendrá que admitir  que ha sido y es uno de los más importantes políticos con que ha contado nuestro país por lo menos en las últimas cuatro décadas. Que es de los pocos dirigentes  emblemáticos  que habiendo participado de forma protagónica junto a líderes de la talla de Juan Bosch, Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez, sin dejar de mencionar a  Jacobo Majluta, se mantiene con presencia  al frente de una organización.

Pero Hatuey no es solo un político de los pies a la cabeza, sino que toda su vida ha actuado pendiente de lo que acontece en el PRD, aun sin estar dirigiendo esa organización. Sin importar la posición coyuntural que haya tomado, todo ha sido un reflejo o  una reacción a lo que ha acontecido o sucede en la organización en la que nació, se desarrolló y creció.

En tal sentido, la llegada de Hatuey al movimiento que sustenta  a Hipólito Mejía como candidato presidencial del PRD, no puede verse  como un simple apoyo o una alianza más, sino que representa un paso de mucha importancia y que mucha, pero mucha gente anhelaba o esperaba.

Pero no es solamente que el PRSD y Hatuey se hayan sumado al proyecto Hipólito Mejía y de alguna forma al PRD, ni que asuma la dirección política del Comando de Campaña, sino que su llegada, además de convertirse en una especie de complemento, por el hecho de haber sido un brote del mismo árbol,  su injerto en el proyecto se hace mucho más asimilable y fácil. Su llegada indudablemente marca una nueva etapa.

Por ser un hombre y un dirigente mucho más ponderado por las experiencias acumuladas, le dará un  impulso adicional a la candidatura de Hipólito, pues se trata de alguien que conoce a fondo el PRD, el país,  de estrategia  política y sobre todo el manejo de los medios de comunicación. Sabe  la importancia de la relación entre lo cualitativo y lo cuantitativo.

La importante decisión de  Hatuey para apoyar a la candidatura Hipólito Mejía y el PRD, contribuye además al afianzamiento político y a darle mayor equilibrio democrático al proceso, lo que es fundamental para nuestro sistema; pero al mismo tiempo, y tal vez sin ser su propósito, este histórico paso podría  empujar hacia  el inicio de un camino hacia el retorno. Como muchos otros, aprecio el paso dado por Hatuey e Hipólito.