Sí, leyeron bien, socializar. La socialización de tu mascota es imprescindible y tu obligación como propietario consiste en que conozca el mayor número de personas, animales, cosas y lugares en el menor tiempo posible.

La socialización es el período del desarrollo más importante en la especie canina, ya que si es insuficiente, debida a una pobre cantidad de estímulos, puede desarrollar miedos, fobias o ansiedad. Si el cachorro no ha sido socializado lo suficiente con los humanos, es más probable que presente una disposición miedosa hacia ellos, incluso agresiva. Existe una relación directa entre la intensidad y la calidad de la socialización y el carácter del perro adulto. Este período se extiende desde los 21 días de edad hasta cerca de las 20 semanas. Un perro socializado correctamente y en los momentos idóneos habrá “aprendido a aprender”, es decir que cuando se enfrente a un estímulo nuevo “sabrá” que tiene la capacidad y la posibilidad de investigarlo sin ningún miedo.
El cachorro debe interpretar positivamente sus nuevas experiencias, por lo que es esencial no presionarle, ni obligarle en ningún momento. Lo ideal es dejarlo que experimente y que se acerque por su propia voluntad. Para convertir esta experiencia en algo agradable se le pueden dar premios cuando tenga un contacto positivo y acepte de buen grado aquello que deseamos que forme parte de su socialización.
Y lo más importante: el cachorro debe ser socializado con toda clase de humanos, personas en sillas de ruedas, de otras razas, con un casco de moto, diferentes edades y aspectos, ancianos, hombres altos con barba, mujeres embarazadas y niños.