POR HUGO GUILIANI CURY
Estamos gastando casi tres mil millones de dólares en combustibles y dicho valor seguirá aumentando.  Este solo hecho nos dice la importancia que debe tener para el país, diseñar una política petrolera.  No voy a pretender en este espacio exponer lo que debería contener una política de ese género, pero si trataré de mostrar algunos ejemplos de algunas cosas que debemos hacer.

Los precios del petróleo que importamos inciden enormemente en el ingreso y en la capacidad de compra de todos los dominicanos y a medida que dicho precio aumenta mayor es el efecto negativo en el ingreso de todos nosotros. Por ejemplo, un alza en el precio del petróleo afecta principalmente los precios del transporte.  El peso que ese servicio tiene en nuestro actual índice de precios es de un 16%, lo cual nos da una idea de cómo se afectan  nuestros bolsillos.  Pero además el impacto que tiene el incremento del precio de los combustibles, genera derivaciones múltiples sobre la economía, afectando al sector externo y al fiscal, así como a todo el andamiaje social.   Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que las proyecciones actuales sobre los precios del petróleo, indican que en el futuro, estos no descenderán, sino que subirán.  Si esa es la realidad, debemos tratar de desarrollar instrumentos que nos protejan de las futuras variaciones que ocurran en los precios del petróleo.  Esto es posible hacerlo, y una forma es instrumentando en las compras del petróleo o de los combustibles blancos, lo que se llama en inglés una operación de “hedging” o “cobertura”.  Ese es un mecanismo que se utiliza en los mercados de los “commodities” para fijar los precios de esos artículos y protegerse tanto de las alzas como de las bajas en los precios.  Eso podemos hacerlo, y no es difícil, lamentablemente nunca le hemos prestado atención a ese asunto.  Hace muchos años traté de instrumentar una política de ese género en esa área, pero las circunstancias no me ayudaron, y la iniciativa nunca pudo completarse.

En este sector, el petrolero, existe otra área que pudiéramos trabajar y consiste en establecer una especie de “Fondo de Estabilización a los Precios de los Combustibles”.  Chile posee un sistema de esta naturaleza que evita las excesivas fluctuaciones en los precios de los combustibles para así no afectar a los usuarios y sus ingresos.  También el establecimiento de un “fondo” de esa naturaleza contribuye a  mantener la estabilidad en la economía.  Esto también traté de hacerlo hace unos cuantos años, cuando estaba en la Secretaría de Industria y Comercio, pues buscaba que con un mecanismo de ese género, podría atenuar el efecto que tienen los precios de los combustibles y el gas en los ingresos de los consumidores.  Era un sistema simple bajo el cual se establecía que cuando el precio de paridad o el precio oficial al público se situara por debajo de un determinado nivel, se aplicaría un gravamen específico para así llevarlo al precio que previamente se había fijado para el consumidor.  Lo contrario ocurriría cuando el precio llegaba a un nivel por encima del precio fijado a los consumidores, entonces los valores que se tenían acumulados en el fondo, se utilizaban para cubrir la diferencia.  Este Fondo y sus recursos permitirían mantener un precio fijo a los consumidores.

La otra área de ese sector y sobre la cual debemos actuar en forma decisiva es gradualmente ir sustituyendo las importaciones de algunos de los derivados del petróleo con productos locales, siendo uno de estos el etanol que proviene de la caña de azúcar, pero igualmente debemos ir diversificando.  Un ejemplo sería utilizando carbón y el gas natural.  Este último es un combustible de combustión más limpio y eficiente que la gasolina y el diesel.  Quizás un aspecto importante en torno a esto es que existen algunos indicios de que en el país existen yacimientos de gas natural.  En fin debemos prestar atención a este tema y al menos formular una política para el sector petrolero.