La importancia de una rutina financiera sana

La importancia de una rutina financiera sana

Nuestras vidas giran alrededor de una rutina, estemos o no conscientes de ello. Y no es que esto tenga nada de malo. Simplemente sucede. El horario de trabajo o de estudios, las costumbres del hogar – cuando y qué comemos, cuánto y en qué momento dormimos – se convierten en un movimiento continuo con cierta rutina implícita.

Es posible, desde luego, cambiar las rutinas o construir algunas nuevas. Un ejemplo perfecto es cuando nos proponemos asumir una rutina de ejercicios. Hacerlo requiere vencer la inercia de la vieja rutina, lo cual siempre implica un pequeño trauma. Al principio te duele, te cuesta – puedes llegar incluso a renegar del objetivo – pero si persistes habrás incorporado uno de los hábitos más beneficiosos que podemos tener: hacer ejercicio por gusto… y por rutina.

Exactamente igual sucede con la gestión de nuestras finanzas. Contrario a lo que podemos pensar, el bienestar sostenible no tiene que ver solamente con nuestro talento, con nuestra disposición o con la generación de ingresos privilegiados. En realidad, necesitamos una rutina financiera que favorezca el bienestar y no lo sabotee.

¿Por dónde comenzar? Lo primero es comprender nuestra situación financiera actual, partiendo de una observación consciente de las entradas y salidas de dinero.

Este diagnóstico, que se construye a partir de la observación, constituye en sí mismo un cambio de ritmo y es el primer paso en el camino para esa nueva rutina financiera.

En la próxima entrega, presentaremos los siguientes pasos.

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