Hoy 
Ante el diferendo por la construcción ilegal de un trasvase por parte de Haití que extinguiría al río Masacre, la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha reconocido que ambos países de la isla tienen derechos iguales sobre las aguas, con lo cual queda implícita su admisión de que con la obra hídrica emprendida se incurre en unilateralidad violatoria de un tratado binacional y del derecho internacional que en su mismo comunicado la organización llama a respetar. Construcción de flagrante atropello a la convivencia que asestaría un severo golpe a recursos naturales, acción transgresora que no fue precedida por estudios técnicos para evitar lo que ya está admitido científicamente: desviar el cauce natural asestaría un severo golpe a recursos naturales comunes que deberían ser defendidos inflexiblemente, incluso por la propia OEA.
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No se puede aspirar a que República Dominicana se siente a dialogar con Haití para seguir esgrimiendo su vertical oposición al secuestro del río, si al mismo tiempo continúan los destrozos para la creación de un empalme inadmisible. La propuesta que en tal sentido el señor Luis Almagro parece favorecer, insiste en desconocer que el hundimiento institucional al oeste de la frontera tiene privado de autoridad a su primer ministro, incapaz de ser interlocutor, aunque lo pretendiera, ni equipararse en facultades a la contraparte sin que previamente sea sofocada la anarquía que lo tiene cercado.
