Cometer errores mientras se recorre el camino, en lo absoluto es algo necesariamente malo. Errar es de humanos y, debemos tener en cuenta que para aprender algo, muchas veces hay que equivocarse. Mejor aún es cuando reaccionamos a tiempo y el error que se podría cometer, ponemos la reversa y finalmente no lo cometemos. Nadie debe juzgar al otro en términos negativos por equivocarse en tal o cual decisión; más bien hay que servir de orientador o llamar la atención de quien se está equivocando para que pueda cambiar el rumbo. Si la decisión que toma una persona, afecta a por lo menos 10 millones de ciudadanos, pues con más razón debemos colaborar para que no se vea afectado un número tal de individuos.
En ocasiones, improvisar no es malo; por ejemplo, a mí me fascina escuchar a Residente y a Mozart La Para improvisando su lírica; en el caso de los músicos: un músico puede necesitar cierto dominio técnico y musical para improvisar un solo de saxo. De hecho, la improvisación se considera la fuente de origen de toda música y, en la época del barroco y el clásico, era una práctica común. Las improvisaciones de genios como Bach, Haendel y Mozart son legendarias.
Por el contrario, la improvisación con la cosa pública, sí es perjudicial para los dominicanos y es mucho más nocivo si se improvisa en tiempos de crisis, porque cuando el recule se hace una norma, se comienza a desconfiar en las autoridades y no solamente los votantes, sino también los organismos internacionales de crédito; también empiezan a desconfiar los inversionistas y finalmente se forma una tendencia en picada de la economía, y si la economía va mal, la política va mal. Al dominicano le pueden hacer de todo, menos jugar con su comida…
La improvisación en tiempos de crisis… es otra crisis.
Las improvisaciones son mejores si se preparan (William Shakespeare)