La impunidad no es lo mismo que el perdón

La impunidad no es lo mismo que el perdón

POR HÉCTOR WILLIAMS ZORRILLA
La impunidad es la absolución de una falta cometida, sin dicha falta haber sido redimida. En todo acto de redención, alguien paga el precio de la culpabilidad. Eso es lo que sucede con el perdón. En todo acto de perdón existe un precio de redención que ha sido pagado por alguien. La impunidad absuelve de culpabilidad al ofensor gratis, y sin reconocer el precio que alguien ha pagado por ella. Y como todos sabemos, este es un principio socio-sicológico peligroso.

La vida personal y social esta compuesta de constantes actos de decisión y reciprocidad. No existen viajes gratis en la vida (there is not free ride in life). La impunidad es peligrosa porque hace creer a quienes han experimentado impunidad que sus viajes han sido gratis. Y no ha sido así. Alguien ha pagado por esos viajes, sin que las personas redimidas reconozcan a sus redentores.

Como tal, la impunidad hay que imponerla, a la fuerza, con autoridad, con el poder (económico, social, político). Todos los que conocen a los impunes saben que su impunidad no ha sido gratis. Que alguien ha pagado un alto precio por ella. Que esa impunidad ha sido impuesta utilizando el poder, debilitando a los débiles, haciendo que los débiles paguen a la fuerza, no de su propia voluntad.

La impunidad es un pecado grosero, altanero, egoísta, malvado. A los impunes se les ofrece y otorga impunidad a expensas de la debilidad. A los débiles se les impone a la fuerza que paguen impunidad por alguien que no lo merece. Y entonces la impunidad y los impunes se convierten en un circulo vicioso mas o menos como sigue: utilizo el poder político que poseo para darte impunidad, y así garantizo que tu me darás impunidad cuando la necesite!

La impunidad política es también impunidad económica, impunidad legal, impunidad social, impunidad moral, impunidad religiosa. El círculo vicioso de los impunes impone sus criterios económicos, morales, religiosos, políticos, y legales. La impunidad se transforma en la religión de los impunes, en la psicología social de los impunes, en la historia social de los impunes.

Ciento cuarenta y un (141) anos de impunidad han dejado la historia social dominicana lánguida, hipnotizada, creyendo que la única forma de de convivencia social es la basada en la impunidad.

Ha llegado la hora, 141 anos después (1863-2004) de deshipnotizarnos. Los dineros del Estado, que son los dineros del pueblo pagado en impuestos, no son pagados para que vayan a las manos (bancos, fincas, bienes) de los gobernantes. Y entonces esos gobernantes transformarse en impunes. Intocables generales, coroneles, ex funcionarios. Rompamos esa cadena maldita de la impunidad ahora que tiene 141 anos de edad. Que Leonel y su gobierno se casen con la gloria, la de los hombres y la de Dios. La impunidad es un pecado grosero y malvado que necesita del perdón. Pero este precio solo es pagado cuando los impunes pagan el precio. Que los impunes paguen ahora el precio de su redención!!

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h.zorilla@att.net

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