La incapacidad humana

La incapacidad humana

Quien desee encontrar un poco de paz, de armonía y de felicidad, definitivamente debe ser muy cauto en su trato con el hombre de hoy.

De manera altamente significativa, el ser humano va dando muestras de un deterioro cada vez más profundo en cuanto a los valores que sostienen el buen orden de todo.

Lo que está imperando es la avaricia, el amor así mismo, la vanagloria, la soberbia, la blasfemia, el irrespeto a las normas y la falta de solidaridad real.

Hay mucha violencia, maldad, crueldad, intemperancia, traición, injusticia,  impetuosidad, amor al deleite, infatuosidad y rechazo a lo bueno.

Muchos hoy no reconocen a Dios en sus caminos, son mal agradecidos, tienen un razonamiento envanecido y  un corazón entenebrecido.

Profesan ser sabios en la propia opinión, necios, practicantes de mucha inmundicia por las concupiscencias del corazón, al extremo de deshonrar sus propios cuerpos, pues dejando el uso natural de la mujer, se han encendido en lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos, hombres con hombres y mujer con mujer; y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

Lo que impera es una mente reprobada, cargada de lascivia, fornicación, adulterio, perversidad, envidia, muertes por paga, contiendas, engaños y malignidades.

Son murmuradores, detractores,  injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males,  necios, desleales, sin afecto natural, implacables y sin misericordia.

El hombre de hoy está enfocado en el dinero fácil y en la manipulación de los demás. Por eso va engañando y siendo engañado.

 Este comportamiento preocupante está afectando todas las esferas de las sociedades, llámese economía, política o  religión.

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