“La dominación haitiana” es el nombre que han dado nuestros historiadores al periodo que va de 1822 a 1844. Durante la ocupación de Boyer los dominicanos tuvieron que pagar impuestos para cubrir “reparaciones” a Francia por plantaciones que ellos no habían incendiado. Este “agravio” económico no es citado casi nunca por los historiadores “de izquierda”; en cambio, sí se repite mucho que Boyer “abolió la esclavitud”; mas no se dice que mantuvo el “trabajo forzado”, que equivale a la esclavitud. La esclavitud fue abolida “jurídicamente”, en pronunciamientos y papeles, y mantenida de hecho como forma de vida. Lo mismo en el ocupado Santo Domingo español que en la corte del rey Henri Christophe.

En los jardines domésticos de nuestras abuelas era frecuente ver una plantita graciosa a la que llamaban “Ilusión haitiana”. Tenía diminutas flores color violeta; su esplendor duraba un instante, pues las flores se marchitaban rápidamente. Esa planta, con la que se adornaban arriates y maceteros, ha desaparecido casi por completo de los jardines de la clase media dominicana. Era también un símbolo de la precariedad de la vida política en Haití, de la poquísima estabilidad de la economía y los gobiernos en aquel país. Hoy por hoy, además de “la dominación haitiana” y de la “ilusión haitiana”, tenemos la “inclusión haitiana”.

La “inclusión haitiana” en todos los estratos de la vida dominicana: en la economía agrícola, en la construcción urbana, en el sistema sanitario, en la educación, en la organización civil, en el orden político. Con los haitianos inmigrantes en la RD ha pasado lo que con los judíos en el antiguo Egipto. La dependencia laboral de la mano de obra judía; y el alto índice de crecimiento de su población, hizo temer a los egipcios, según cuenta el libro del Éxodo.

Los ministros de los faraones llamaban a las comadronas judías para tratar de controlar los nacimientos de varones. Aquí, las parturientas haitianas copan los hospitales de maternidad. Las tensiones entre haitianos y dominicanos se han incrementado con motivo de un posible “éxodo” de indocumentados. Los dominicanos saldrán fortalecidos de este trance. La Nación está hecha de aquellas cosas en que todos los grupos sociales concuerdan. ¡La defensa de la identidad!