La inclusión laboral de las mujeres, crítica para el desarrollo postpandemia

La inclusión laboral de las mujeres, crítica para el desarrollo postpandemia

Por Pablo Saavedra*

Si bien la pandemia ha tenido un impacto en el empleo y la participación laboral en general, las mujeres se han visto más afectadas. Ellas trabajan proporcionalmente con más peso en el sector de servicios, uno de los más golpeados. Pero, además, la crisis sanitaria ha profundizado las barreras que existían desde hace décadas a su participación laboral y ha incrementado los riesgos para las jóvenes que se están formando para entrar al mercado laboral.

El estudio La participación laboral de la mujer en México, del Banco Mundial, muestra que antes de la pandemia sólo 45% de las mujeres en México participaban en el mercado laboral en 2019 (comparado con 77% de los hombres). Este nivel era muy bajo comparado con los países de la OCDE y de Sudamérica, disputando los últimos lugares en la tabla latinoamericana con países de Centroamérica. La crisis empeoró la situación. Con datos del Inegi, más de 1.6 millones de mujeres dejaron el mercado laboral, una caída de 3.8 puntos porcentuales a la baja participación laboral femenina.

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¿Qué obstaculiza la inserción de las mujeres en el mercado laboral?

Antes de la pandemia, el quehacer doméstico y cuidado de personas recaía desproporcionadamente en las mujeres; de acuerdo con Coneval, ellas dedican a estas actividades 2.5 veces el tiempo que los hombres. Según el estudio del Banco Mundial, una barrera crítica a la participación de las mujeres en el mercado laboral del país es la falta de servicios de cuidado infantil de calidad. Los datos muestran que sólo 5% de las niñas y niños entre 0 y 2 años asiste a algún centro de cuidado, comparado con 35% en promedio en los países de la OCDE.

La oferta de cuidado infantil en México tiene una cobertura limitada, fragmentada, con limitaciones de acceso, costo y distancia y con una calidad muy heterogénea. Casi la mitad de los municipios no tienen una guardería. Con la pandemia muchas mujeres se han visto obligadas a dejar su trabajo para atender a sus hijos por el cierre de escuelas. Más de 23.5 millones de mexicanas reportaron no estar disponibles para trabajar por atender otras obligaciones, un incremento de 1.4 millones con respecto a fines de 2019. El estudio plantea opciones para promover un mejor sistema de cuidado infantil.

El estudio también resalta que otra barrera a la inserción laboral de la mujer es la alta tasa de fertilidad adolescente en México, la segunda mayor entre los países de la OCDE. La maternidad temprana es la segunda causa de la deserción escolar de las mexicanas, con impactos negativos de largo plazo. La pandemia agudizó la situación.

Con el confinamiento y otras restricciones, Conapo proyecta un alza de 12% en embarazos adolescentes. El reporte apunta a opciones como la expansión y acceso a centros de atención reproductiva para adolescentes, potenciar su desarrollo socioemocional y habilidades técnicas, y ampliar programas escolares de atención extendida, entre otras.

Finalmente, el estudio destaca un tercer grupo de barreras en este tema, relacionadas a leyes existentes y otras políticas, las cuales podrían solucionarse.

Todo esto afecta a los derechos básicos de las mujeres. También representa una traba y una oportunidad para la recuperación económica de México y su desarrollo inclusivo.

De acuerdo con el estudio, si las mujeres participaran a la misma tasa que los hombres, el ingreso per cápita podría ser 22% más alto. Al mismo tiempo un grupo de políticas para cerrar esa brecha podría empezar a generar un crecimiento económico adicional de 0.4% anual.

La pandemia ha convertido un tema crítico para el bienestar y el desarrollo del país en un asunto de extrema urgencia. Se necesitan políticas focalizadas para cerrar las brechas económicas, sociales y de seguridad de las mujeres.

  • El autor es director del Banco Mundial para México.

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