Precisamente por ser un “huelguista radical”, como se define a sí mismo, el doctor Waldo Ariel Suero debería saber mejor que nadie que este ni ningún Gobierno va a sentarse a discutir las demandas de los gremios de la salud mientras estos mantengan las protestas y los paros en los hospitales. ¿Acaso no fue esa la condición que puso el presidente Danilo Medina para que su gobierno inicie el diálogo con sus representantes? ¿Por qué el presidente del CMD declaró que aceptaba las condiciones del mandatario de suspender las huelgas y protestas si luego del primer encuentro con las autoridades de salud, del cual no podía esperarse, por razones obvias, ni resultados ni soluciones, regresó a la posición anterior, es decir a la pretensión inútil de negociar con el gobierno desde una posición de fuerza? En este punto hay que recordar, para evitar insidias o malentendidos, que quien escribe cree que las demandas de los gremios de la salud son justas y merecidas, y que su llamado de alerta a las autoridades sobre el estado lastimoso en el que se encuentran la mayoría de los hospitales debe ser atendido de manera urgente, pues se están cayendo literalmente a pedazos. Pero sus acciones deben dirigirse, de manera coherente, a la consecución de sus objetivos, al igual que los medios que utilice, y lo cierto es que a estas alturas el “huelguista radical” debería haberse dado cuenta de que su “plan de lucha” no le tumbará el pulso al Gobierno. ¿Cuál es el propósito de anunciar que continuará su “plan de lucha” y al mismo tiempo que está dispuesto a dialogar, si sabe que ambas posiciones son incompatibles? A menos, claro está, que sus objetivos sean más políticos que gremiales, con lo que se entendería mejor su decisión de extender el conflicto en lugar de sentarse a negociar sus demandas, pero también haría más infame y doloroso el sacrificio que se quiere imponer a los infelices que acuden a los hospitales porque no tienen otro lugar a donde ir.