La indexación como privilegio

La indexación como privilegio

Lo legal y lo legítimo no siempre armonizan. A veces, lo consignado como legal por el Derecho puede resultar privilegio. Trabajadores, empleadores y Gobierno llevan años sin lograr acuerdos sobre la necesidad de un alza general de salarios para una masa laboral cuyo 70% gana menos de 10 mil pesos y muchísimo menos del costo de la canasta familiar para el primer quintil. Y esto así, pese a que Gobierno y empresarios reconocen la necesidad de mejorar los salarios.

Hace años que la indexación salarial por inflación está inerte para los trabajadores. No ha habido reajustes, a pesar de que el costo de la vida sube constantemente. En cambio, en un santiamén, los trece jueces de la Suprema Corte de Justicia y los cinco del Tribunal Superior Electoral se reajustaron los sueldos, acogiéndose a un procedimiento de indexación por inflación contemplada en los reglamentos del máximo tribunal.

La indexación salarial por inflación debería funcionar para todos los trabajadores que se encuentren en las circunstancias especiales que ella contempla. No debería parecer un privilegio reservado a determinados niveles laborales con sueldos elevados, como es el caso de las altas cortes y otras instancias. Hay que luchar porque la indexación sea un instrumento de justicia social para todos.

UN COMPROMISO POR LA INOCUIDAD

El hecho de que por lo menos doscientas enfermedades, desde simples hasta el mortífero cáncer, pueden ser provocadas por alimentos elaborados o manipulados sin la debida higiene, justifica el compromiso asumido por la Organización Panamericana de la Salud y los ministerios de Industria y Comercio, Agricultura y de Salud Pública para trabajar por la inocuidad de los alimentos desde las fábricas hasta llegar a las manos del consumidor.

La inocuidad de los alimentos es una especie de vacuna de prevención que disminuye las posibilidades de que los alimentos contengan elementos nocivos para la salud humana. En un país de controles sanitarios tan débiles y con tanta venta callejera de alimentos, la lucha por la inocuidad tiene que darse con todo el rigor para que surta los efectos preventivos buscados.

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