La indiscutible posición cimera de los galardonados

La indiscutible posición cimera de los galardonados

Distinguidos galardonados. Amigos que nos honran con su presencia en este acto.  El 17 de septiembre del año 1988 quedó formalmente constituida la Fundación Corripio Incorporada en la Casa de Bastidas, con las honrosas presencias del entonces Presidente de la República Dr. Joaquín Balaguer, del ex Presidente Constitucional Profesor Juan Bosch, de Su Eminencia Reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, y numerosas personalidades de la vida pública y privada, así como de amigos y familiares.

 En esa ocasión expresamos que el mayor deseo y objetivo de nuestra incipiente Fundación sería, entre otros, colaborar con el desarrollo de la cultura y otras actividades que contribuyan al bienestar de la sociedad dominicana.

En tal sentido hemos editado más de 50 volúmenes de la Biblioteca de Clásicos Dominicanos, las colecciones Premios Nacionales de Literatura, y Prisma, así como la construcción de la Plaza del Inmigrante.

Hemos puesto nuestro Salón de Actos a la disposición de los intelectuales dominicanos para la presentación de sus obras, e invitado a laureados escritores con el fin de dictar conferencias, tales como Camilo José Cela y José Saramago, Premios Nóbel de Literatura 1989 y 1998 respectivamente, igualmente contribuciones a otras entidades que dedican sus esfuerzos a la superación de la colectividad dominicana.

Mencioné en aquella ocasión y ratifico hoy, que el motivo primario de nuestra Fundación, dotada exclusivamente con recursos familiares, es una manera de expresar parcialmente, nuestro ilimitado agradecimiento al pueblo dominicano por la bondadosa acogida que ha dado a nuestra familia desde hace más de 90 años.

Sin embargo, estamos todos conscientes de que no es suficiente lo que hemos realizado durante los pasados años, y este acto es el inicio de una nueva etapa con mayor vigor y celeridad de nuestra Fundación, que abordará nuevos escenarios de actuación en el ámbito social dominicano.

Aunque sea un poco fuera de agenda, deseo  recordar que ese fue el motivo de la Fundación, esta entidad, en la visión de mis padres, mi padre y mi madre; de nuestros familiares, de los suegros y de todos los que han contribuido en el pasado a que hoy estemos aquí, ante Uds. Y formalmente y públicamente les pido a mis queridos hijos que mantengan siempre como un legado primordial y fundamental de nuestra familia el vigor de esta Fundación: José Alfredo, Ana, Manuel, Lucía, sus esposos y es- posas respectivamente aquí presentes, quiero que asuman ese compromiso formal, que sea un perpetuo reconocimiento y agradecimiento que se mantenga permanentemente hacia el pueblo dominicano de nuestra familia.

Hoy nos reunimos para rendir homenaje a cuatro consagrados profesionales en diversas disciplinas.

Estoy convencido que la categoría e importancia de cualquier reconocimiento, no está constituida primordialmente por la dotación económica que lo rodea, sino por la relevancia de las cualidades de los homenajeados, y en esta primera entrega de los Premios de la Fundación Corripio, Inc., hemos empezado con los mejores augurios.

Es poco lo que deba agregar a lo que se ha dicho y que todos ustedes conocen acerca de los cuatro galardonados, representantes de lo mejor de nuestra sociedad, diré sin embargo brevemente todo cuanto esas personas tienen en común:

  Ninguno personalmente se insinuó y mucho menos presentó por sí mismo su nombre como una opción para recibir este reconocimiento.

Todos tienen asegurada una posición cimera indiscutible en su disciplina, y así son reconocidos. Todos son espigas de trigo cargadas de simiente.

Igualmente, han logrado la etapa que les consagra la permanencia y les asegura ser recordadas por sus invaluables aportes intelectuales y por su ética profesional.

Finalmente, todas dan prestigio a esta premiación, que como decía al principio, no pudo haber empezado con una mejor selección, por lo cual deseo expresar nuestro agradecimiento a los valiosos miembros de los jurados seleccionadores, así como a nuestros asesores Jacinto Gimbernard, Jorge Tena Reyes y José Alcántara. A la vez que recordamos con agradecimiento y nostalgia  a nuestros queridos asesores lamentablemente fallecidos Manuel Rueda y el Presbítero Oscar Robles Toledano.

El protocolo de este acto me obliga a ser breve, por lo cual les pido excusas al resumir los méritos de nuestros prestigiosos galardonados en breves palabras:

La Dra. Idelisa Bonnelly, seleccionada en la categoría de Ecología, por su incansable labor como académica y luchadora en pro de la conservación de nuestro hábitat marino.

Don Francisco Comarazamy, en Prensa Escrita, por constituirse en un modelo ético y de bien intencionada labor en su dilatada carrera como periodista y maestro de generaciones.

Arq. Eugenio Pérez Montás, en Arquitectura, por su reconocida trayectoria como académico y productor de textos esenciales sobre nuestra Ciudad Colonial.

Dr. José Luís Alemán, S.J., en Economía, en reconocimiento a sus altos méritos intelectuales y encomiable ejemplo magisterial en su área a lo largo de décadas.

A todos los galardonados nuestras felicitaciones, y a ustedes queridos amigos nuestro agradecimiento por su presencia en este acto.

Muchas Gracias
Teatro Nacional Eduardo Brito
18 Diciembre 2007

Publicaciones Relacionadas

Más leídas