La industria del mueble busca su identidad

La industria del mueble busca su identidad

POR MARIO MENDEZ
SANTIAGO.-
La séptima versión de la feria del mueble y el hogar, que concluyó ayer en el Palacio Municipal de Santiago, constituyó un primer paso de la industria local en la búsqueda de su propia identidad. Para el ingeniero Ping Jan Lang, presidente de la Asociación Nacional de Industriales de Muebles, Colchones y Afines (Asonaimco), capítulo de Santiago, no hay alternativas; sólo hay una opción: «si la industria no crea su propio diseño, desaparecerá», advirtió.

Para competir con la producción mundial, sobre todo con China, que produce a costos bajísimos, hay que redefinir el concepto del mueble dominicano.

El elemento más significativo que se puso de relieve en la feria y que evidencia que la industria local está trabajando en esa dirección, lo constituyó el concurso nacional de diseño para artesanos, realizado por Asonaimco con el respaldo del Programa de Apoyo a las Pequeñas Empresas Dominicanas (Proempresa), que opera con fondos donados por la Comunidad Europea.

De hecho, en la feria hubo muestras elocuentes de innovaciones del artesano dominicano. «Lo que vimos en la feria nos dice que no tenemos que estar copiando y que podemos tener nuestros propios diseños», expresó el presidente del capítulo de Asonaimco en Santiago.

El concurso de diseño, que Asonaimco promete que continuará realizando en los próximos años de manera ampliada para que abarque a toda la industria, está llamado a despertar el interés de los fabricantes de muebles por un diseño propio, ya que se reconoce que una de las debilidades de la industria local es que el mueble que produce es genérico.

«Todavía el productor dominicano no ha trabajado en la parte de la marca. Le falta trabajar el componente de la identidad, para lograr una estrategia de diferenciación frente a otros mercados», expresó Luis Ramón Valdez, coordinador del Instituto para el Desarrollo de la Producción Organizado (Indepro) y quien trabaja en la organización y asesoría de los grupos de eficiencia colectiva que promueve Proempresa.

En un esfuerzo orientado a superar esa debilidad, Asonaimco Cibao, al igual que Asonaimco a nivel nacional, ya cuenta con un centro de diseño.

Este centro ha trabajado con unas diez fábricas, y se han obtenido resultados muy buenos en cinco de ellas, según informó el ingeniero Jeffery Pérez.

El ingeniero Pérez explicó que en ese centro se «documentan y estandarizan modelos que las fábricas quieran desarrollar, Para que todo el que fabrique el mueble lo pueda hacer a la misma medida».

De esta manera se lograr, por ejemplo, que una gaveta, pueda caber en cualquier cajón, no en uno específico, además de que pueda entregar la producción en menor tiempo.

El ingeniero Pérez dijo que como resultado del trabajo del Centro de Diseño, se espera que la industria pueda no sólo competir con las importaciones, sino que también pueda exportar.

Señaló que como la mayoría de las empresas fabricantes son pequeñas, hay un problema de volumen que dificulta la exportación.

El Centro de Diseño está tratando de buscar una solución, a través de coordinar que distintas empresas puedan trabajar de manera conjunta la producción para la exportación, buscando mayor volumen.

«Aquí todas las fábricas son pequeñas, pero si se puede coordinar una fabricación en conjunto, todas esas empresas pequeñas son más grandes que la que más».

Ya ha habido ejemplos de que cuando se produce en conjunto se está en mejores condiciones para exportar, como es el caso del grupo de eficiencia colectiva Las Caobas, que opera en Santiago con el apoyo de Proempresa.

Juan Núñez tiene todos los años del mundo trabajando muebles, desde que siendo niño fue atraído a la industria por el olor de la madera.

Aunque siempre se empeñó en trabajar con calidad, nunca pensó en que alguna vez podría producir para la exportación.

Pero esta posibilidad ha surgido luego de, con el apoyo de Proempresa, se integrara junto a otros cuatro pequeños fabricantes en un grupo de eficiencia colectiva que participó en una feria celebrada en Puerto Rico.

Según explicó Luis Ramón Valdez, el diseño de los muebles de este grupo «causó furor en el mercado de la vecina isla, no solo por la belleza constructiva del mueble, sino también por la originalidad de los diseños, pero sobre todo porque combinaron la belleza con la practicidad de tener un mueble desarmable, que se podía llevar en una maleta».

Sin embargo, hubo dificultades. La primera fue que cuando se trabajó la parte del embalaje, resultó muy caro.

El otro problema fue el volumen del pedido: era tan grande que requería de un nivel de financiamiento para atender la demanda, con el cual no cuentan los pequeños fabricantes de muebles.

El Estado también debe también hacer su aporte en este esfuerzo.

Luis Ramón Valdez señala que uno de los papeles de los gobiernos locales en Italia, es apoyar con incentivos inteligentes a la industria del mueble de ese país, que es una fuerte competidora en los mercados internacionales.

«¿Cómo la apoya? Yo te fortalezco en diseño, te vinculo las universidades con las pequeñas empresas, te formo técnicos.

Entonces la industria se puede desarrollar, porque tiene gobiernos locales que le dan apoyo», expresó Valdez.

Explicó que aquí hay que trabajar ese aspecto, con el apoyo del sector privado y del Estado, para que la industria local no siga copiando muebles europeos clásicos, con algunas modificaciones, y que si se hace se le imprima un sello diferenciador.

Valdez reconoce que en el país todavía se piensa más en la parte artesanal, y no se hace énfasis en el diseño y la creatividad.

No obstante, reconoció que hay un potencial de creatividad entre los dominicanos.

«Aquí se produce hasta muebles con hojas de plátano, del palma, con guano, pita y cabulla», expresó.

Explicó que algo importante es que se está trabajando en incorporar la parte artesanal al trabajo que hacen los fabricantes de muebles locales, para combinar ambos trabajos.

Citó el caso, por ejemplo, de San José de las Matas, donde una de las actividades productivas principales es la fabricación de muebles de pino.

Dijo que el factor de identidad del mueble de las matas es la capacidad de poder tejer muebles con guano o palma criolla.

Con la incorporación de la parte artesanal a la industria, se ha logrado que la actividad de cerca de 50 fabricantes de muebles tenga de soporte a unas 200 tejedoras.

Un problema que los fabricantes de muebles entienden que debe ser superado es el de las limitaciones financieras.

«Aquí tú te acercas a los bancos de desarrollo, y te piden tantas cosas, que si tú tuvieras eso no necesitaría coger prestado. O sea, es que te cierran las puertas», afirmó el ebanista Antonio Perelló.

Perelló dijo que Programa para el Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa (Promypime) a veces resuelve, «pero lo que pasa es que esos fondos (no se si entran bien las palabras), en ocasiones se vuelven políticos».

MATERIAS PRIMAS

En la producción muebles para la exportación, los industriales también tienen dificultades para adquirir las materias primas que les permitan hacer, con facilidad, muebles desarmables.

No siempre se encuentran las piezas en el mercado, y si las hay se ven obligados a pagarlas «como de primera, pero son de cuarta», según explicó Perelló.

Por esa razón muchas veces tienen que inventar, con piezas mandadas a hacer en un taller de herrería.

No obstante, afirma que el mueble que se produce en el país es de primera, con una materia prima muy cara.

«Aquí producir un pie cúbico de mueble sale carísimo, lo que no ocurre con el que viene de fuera, por lo cual se nos hace difícil competir», expresó Perelló.

Afirmó que la industria local subsiste gracias a que los dominicanos compran el mueble producido en el país, porque se ha dado cuenta de que el importado no es duradero, y que el que compra aquí puede ser usado hasta por sus tataranietos.

Además, hay otro elemento que favorece los muebles dominicanos, y es que en el caso de los importados, vienen los mismos modelos y estandarizados.

Sin embargo, el cliente dominicano quiere algo a su gusto.

«La idea del cliente nosotros la plasmamos en el mueble. No muestran un diseño y se lo repetimos igualito, además de que podemos hacer un híbrido y agregarle lo que ellos nos pidan», expresó Perelló.

La solución a las dificultades del industrial para adquirir las piezas que requiere el mueble para exportación, así como de algunas maquinarias que tampoco aparecen y tienen que ser inventadas, podría conseguirse a través de la creación de una especie de cooperativa, que sirva de suplidora de esas piezas y maquinarias.

Incluso, se podría lograr desarrollar una industria local productora de esas piezas y maquinarias, integrada verticalmente a la industria del muebles.

Ya en el país se han dado algunos pasos en esta dirección. Por ejemplo, en la zona de Licey al Medio se produces varias máquinarias para la industria.

En la feria del mueble y del hogar celebrada en Santiago se exhibió una máquina convertible, que es tupí, sierra y escopladora (tres unas), fabricada localmente por la empresa Páez Industrial, que es miembro de uno de los grupos de eficiencia colectiva que apoya Proempresa.

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