En toda parte continúa desbocada la subida de precios. El FMI estima en 7.4% la inflación mundial de este año, implica que en ese porcentaje la población global será más pobre que en 2021.
En agosto los precios subieron 10.1% en la Unión Europea, 8.3% en Estados Unidos y 8.80% en nuestro país con tendencia descendente, respecto al mismo mes del año pasado.
La tercera parte de esta cifra se debe a incrementos de precios importados, si bajan también lo hace la inflación, lo prueba la reducción de valor en agosto del petróleo, el acero y otros productos importados, en nuestra economía la inflación se redujo luego del máximo de 9.64% en abril.
En general, el comportamiento descendente de nuestra inflación se debe a los subsidios del gobierno al consumo de gasolinas, gasoil y glp, y a la importación de insumos para producir alimentos, evitaron que aumentara la proporción de personas viviendo por debajo de la línea de pobreza general. Y por la política monetaria precautoria, para contrarrestar la inflación importada, sus efectos de segunda vuelta, desde noviembre nuestro Banco Central incrementa la tasa de política monetaria, acumulando 550 puntos básicos, pasando de 3.00% a 8.00% anual.
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Supera la suma de los cuatro aumentos de tipos de interés realizados desde marzo por la Reserva Federal estadounidense, hasta ubicarlos en la actualidad entre 2.25% y 2.50, y la subida histórica de tres cuartos de punto porcentual, hasta 1.25%, del Banco Central Europeo la semana pasada. La ampliación del diferencial con los principales bancos centrales del mundo, no solo evita salidas de capitales, es un incentivo para que aumente el flujo que estamos recibiendo.
Aplican, igual que nuestro Banco Central, lo que recomienda el manual, encarecer el dinero para bajar la inflación, no obstante, la dificultad para combatirla por lo complejo de su origen, Rusia y Ucrania representan del 30% de la venta mundial de trigo, el 20% de la de maíz, fertilizantes, minerales y gas natural, y 11% de las de petróleo.
Que nadie se sorprenda, la inflación en República Dominicana, con la actual tendencia descendente, convergerá al rango meta de 4% ± 1.0% como tarde a final del segundo trimestre del próximo año, para lo que desde ya pagamos el precio como lo dice el librito, en julio el crecimiento del PIB se redujo a 4.7% y alrededor de su potencial, 5.5%, entre enero y agosto, comparado con los mismos meses del pasado año pasado. No obstante, como reporta el FMI, Banco Mundial, la Cepal y nuestro Banco Central, se espera que el PIB aumente entre 5.0% y 5.5% al cierre del 2022, de las tasas más elevadas en la región.
Recordemos, en tiempo récord recuperamos el PIB que se perdió en 2020, tardamos menos de un año, explica que a estas alturas se haya recuperado el 100% de los trabajos que se perdieron durante los peores meses de pandemia (octubre/diciembre 2019 -abril/junio 2020), la cantidad de 458,834.
Para los negacionistas, pocos, dos o tres políticos de oposición, transcribo el reporte del directorio ejecutivo del FMI publicado en Washington el 8 de julio de 2022: “la economía dominicana logró una sólida recuperación al expandirse 12.3% en 2021 y aproximadamente 5% con relación al nivel previo (2019) a la pandemia”.