La inflación: negativa en enero

La inflación: negativa en enero

Por diferentes razones el hombre de empresa y el consumidor dan seguimiento al dato mensual de inflación que publica el Banco Central. Les condiciona la vida. Al primero le altera la competitividad en el exterior, al segundo le aumenta el costo de la canasta y el valor de sus ahorros que gana poder adquisitivo cuando la rentabilidad es mayor que la inflación.
A diferencia de lo que sucedió con importantes monedas latinoamericanas, el control de la inflación permitió que la nuestra sacara músculo, no se devaluara mas allá de lo programado cuando aumentaron las expectativas con el anuncio de que terminaba el tiempo del dinero barato. Estabilidad del peso que se ha preservado, el pasado viernes 15 de marzo la venta se situó con un valor de $50.5458 pesos ante el dólar estadounidense, con una devaluación interanual de 2.67%.
Que no incidió en el índice de precios del consumidor, interanual aumento solo 1.17% en 2018, la menor tasa de los últimos 34 años, demostrando que el Banco Central ancló sólidamente las expectativas de inflación, reduciendo su volatilidad. La tendencia descendente se mantuvo en enero 2019, la inflación negativa en -0.17% y positiva con 0.37% en febrero, para acumular un incremento de 0.20% en los primeros dos meses del año. El efecto escalón del petróleo alteró el precio de los alimentos, bebidas no alcohólicas, electricidad, gas, combustibles líquidos, transporte de pasajeros y cargas, frente a la bajada en el mismo mes del año anterior.
Si a la inflación anual de 1.19% en febrero se descuentan estos componentes volátiles, se tiene que los precios subieron 0.13 puntos porcentuales, situando la inflación subyacente con un aumento anual de 2.26%, inferior al 2.46% en febrero de 2018. Y muy por debajo del 4.0% que el Banco Central usa como referencia. Esta inflación, que excluye componentes volátiles, es el objetivo de la política monetaria, que es predecible y se modula con cambios en el precio del dinero.
Este año debió ser el de las reformas estructurales, aprovechando que la economía ha estado encadenando un crecimiento alrededor de su potencial, con fuerte control de la inflación y tasa de cambio bailando con el índice de precios al consumidor. Para la CEPAL nuestro PIB crecerá 5.7%, no obstante el contexto de descrecimiento mundial y regional.
Para acelerar la subida del salario nominal, aumentar la nómina, se requiere una efectiva intermediación del Gobierno entre sindicatos y asociaciones de empresas. Antes de junio debería mejorarse el bolsillo del trabajador, debe ganar poder de compra incorporando al salario nominal el aumento de 4% en su productividad, y una parte de la inflación que promedia 2.68% desde 2012.
De esa manera sube el salario real por hora trabajada (descontando los efectos de la inflación), lo que es necesidad para comenzar a corregir la desigualdad que aumenta cada vez que se reduce la participación relativa del trabajo en el PIB. Que para el periodo 2012-2018 en promedio la calculo en un 61%, la presión fiscal en 15% y en 24% la participación del capital, que estimo dividiendo el crecimiento de la formación bruta de capital sobre el crecimiento del PIB, resultado que multiplico por el rendimiento del capital, para el ejercicio utilicé 18%.

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