La inflación y los mercados

La inflación y los mercados

Julio E. Diaz Sosa

Esta semana, la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos (BLS, por sus siglas en inglés) publicó los datos de inflación correspondientes al mes de enero, donde la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos) fue más alta de lo previsto, con un aumento mensual del 0.5 %.

La inflación subyacente es el mejor indicador para que las autoridades monetarias monitoreen de cerca la trayectoria y el comportamiento de la inflación a futuro. Sin embargo, el mercado absorbió relativamente bien el dato del IPC, a pesar de ser más alto de lo esperado. Aunque las acciones inicialmente bajaron, la compra constante a lo largo de la sesión ayudó al Nasdaq a cerrar en territorio positivo, mientras que el S&P 500 terminó ligeramente a la baja. La dinámica de gamma sigue siendo favorable, evitando caídas más pronunciadas.

El IPC subyacente de enero aumentó 45 puntos básicos mes a mes (frente al consenso de 30 puntos básicos), con la tasa interanual subiendo al 3.26 %. Gran parte de la sorpresa al alza provino de los automóviles usados, los boletos aéreos (+8 puntos básicos) y el seguro de automóviles (+7 puntos básicos). Aunque algunos de estos componentes son volátiles, siguen reflejando presiones inflacionarias persistentes.

No se debe minimizar la magnitud de la sorpresa. Aunque unas pocas categorías impulsaron la mayor parte del aumento, el nivel absoluto de inflación sigue siendo alto. La mejor oportunidad para efectos base favorables prácticamente ha desaparecido. Además, las cifras de inflación de enero son significativas. Ajustes por reinicios anuales podrían llevar a recalibraciones más adelante en el año, cuando datos mensuales que inicialmente parecían más suaves sean revisados al alza.

Incluso las sorpresas en sectores específicos, como el seguro de automóviles y las tarifas, son relevantes y reflejan el poder de fijación de precios en ciertas industrias, lo que sugiere que las presiones inflacionarias aún no han quedado atrás.

Según los detalles del informe del IPC, la inflación subyacente del PCE de enero ahora se estima en 0.35 % mensual, con la tasa interanual en 2.64 %. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años en EE.UU. subió 9 puntos básicos hasta 4.62 %, reforzando las expectativas de que el camino de la política monetaria de la Fed seguirá siendo desafiante.

Perspectiva de la política monetaria

En ese mismo sentido, es poco probable que la Fed recorte las tasas nuevamente a menos que se cumpla una de dos condiciones:

1. Una nueva reducción en la inflación, con el PCE subyacente cayendo por debajo del 2.60 %.

2. Un deterioro en el crecimiento económico, marcado por un aumento del desempleo por encima del 4.3 % y acercándose al 5 %.

3. Hasta entonces, espero que la Fed mantenga su política en pausa, lo que representará un viento en contra para las acciones.

Por otra parte, todos los inversionistas deben acostumbrarse a la volatilidad política impulsada por lo que denomino «Trumpetadas»: titulares inesperados que generan turbulencia en los mercados. Estos episodios deben darse por sentados, ya que continuarán durante los próximos cuatro años.

Los medios de comunicación aprovecharán estos momentos con titulares alarmistas como “Guerra comercial” o “Mercados en crisis por los aranceles de Trump”, pero es fundamental reconocerlos por lo que realmente son: ruido.

Las empresas de medios dependen de las impresiones y el tráfico para generar ingresos publicitarios, y el sensacionalismo es parte de su modelo de negocio. En la mayoría de los casos, estos titulares carecen de importancia a largo plazo.

Impacto en los mercados financieros

Las «Trumpetadas», en esencia, generan una volatilidad episódica y no tendencial. Sin embargo, es poco probable que estas sacudidas mediáticas frenen el rally del mercado, ya que la volatilidad impulsada por titulares rara vez pone fin a un mercado alcista, a menos que esté vinculada a un verdadero «cisne negro»—un evento extremadamente raro, impredecible y con consecuencias significativas para los mercados.

Ejemplos de estos eventos incluyen:

a) Los atentados del 11 de septiembre de 2001.

b) La crisis financiera de 2008.

c) La pandemia de COVID-19.

Si bien aquellos que vivieron su primer mandato no se sorprenden por esto, el mercado tiene memoria corta y tardará en ajustarse. A menos que ocurra una ruptura fundamental, estas «Trumpetadas» serán, con mayor probabilidad, oportunidades de compra en lugar de señales de problemas significativos.

Conclusión

La demanda de acciones está comenzando a desacelerarse a medida que se acerca la estacionalidad negativa. El mercado de valores de EE. UU. permanecerá cerrado el lunes por el Día de los Presidentes, mientras que el vencimiento de opciones el 21 de febrero podría contribuir a deshacer las posiciones gamma actuales.

A pesar de un movimiento realizado de 1.5x, la volatilidad fija por strike abrió a la baja, lo que indica ausencia de pánico en las ventas. Los traders minoristas y los flujos de 401(k) continúan comprando las caídas en las primeras horas de negociación, pero el impulso de este comportamiento de compra en las caídas podría estar perdiendo fuerza.

Los futuros del S&P (ES1) se encuentran cerca de la media móvil de 50 días (50-DMA), lo que señala un posible nivel técnico clave. La dinámica de los flujos está cambiando, y la fortaleza en la compra de caídas podría comenzar a debilitarse a medida que estos vientos en contra estacionales sigan desarrollándose.

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