La influencia homosexual en el devenir de la historia

La influencia homosexual en el devenir de la historia

Hasta hace sólo unos años y aún hoy en muchas sociedades actuales, la homosexualidad masculina pasa por ser un tema tabú, hasta el punto de parecer que esta condición sexual sea fruto de la modernidad. Sin embargo, este libro explica que los hombres han amado a otros hombres desde el principio de los siglos.

Hoy, los movimientos y las asociaciones de Gays, Lesbianas y Transexuales claman más fuerte que nunca por sus derechos y, a juzgar por los resultados, por fin, se han hecho escuchar, hasta el punto de aceptar que parejas gays o lesbianas puedan adoptar hijos, hasta hace poco tiempo, impensable.

Aunque los derechos de las parejas de homosexuales todavía no son equiparables, en muchos aspectos, a los de las heterosexuales, colectivos homosexuales buscan igualar la legislación de sus países a la de lugares como Suecia, donde apenas son visibles las diferencias entre las parejas homosexuales y las heterosexuales.

La condición sexual de los personajes públicos, que empieza a ser tema de conversación en muchas reuniones sociales, también ha sabido hacerse su hueco en las librerías. Y en este momento histórico sale a la luz la obra del parisino Paul Tournier, publicado por la editorial Robinbook dentro de la colección Ma Non Troppo.

Un recuadro a los diferentes

El escritor Paul Tornier rescata las suertes diversas que la condición gay ha corrido en cada periodo histórico. Los amores, las intrigas, la pasión y la gloria de algunos hombres ilustres que fueron considerados por sus contemporáneos como “diferentes” han marcado cierta impronta, a menudo poco evidente, en distintos acontecimientos del pasado y del presente.

Para poder considerar gay a influyentes hombres como San Pablo o Adolf Hitler, el libro presenta una serie de pruebas en las que se puede leer entre líneas que estos personajes se declararon, a pesar de las prohibiciones, homosexuales. No obstante, el hecho de que ninguno de estos “gays” esté vivo deja muchas dudas sobre la lectura subjetiva que el autor hace de cada una de las vidas de sus protagonistas.

Esta obra de ensayo, que se remonta a la época de los faraones, no pretende ser una historia del homosexualismo, sino que intenta reseñar la constante presencia de los homosexuales en el devenir de los siglos. No obstante, la credibilidad emana de las fuentes de información a las que se tiene acceso.

Precisamente, la escasez de tan importante herramienta de la comunicación la reconoce el propio autor en el prólogo del libro. Así pues, su única salida es interpretar cualquier frase, palabra o hecho de las que han sobrevivido al paso de los siglos de personajes como Robin Hood o Ricardo Corazón de León como un grito revelador de su homosexualidad.

Shakespeare ¿era o no era?.

Para incluir a William Shakespeare dentro del catálogo de famosos gays, el autor se ha basado en unos pocos documentos legales, en una inmensa obra dramática y lírica y en las opiniones que se dejan entrever entre sus contemporáneos porque no se han conservado cartas, diarios u otros escritos de carácter privado.

El juicio que hace Tournier en estas páginas puede resultar a ojos del lector tendencioso, pues nunca Shakespeare aireó que fuese gay. No obstante, sí que estuvo casado y fruto de su matrimonio nacieron tres hijos, lo que muchos considerarán una prueba irrefutable de su condición heterosexual.

Para tratar de hacer este libro, que tiene su público entre los curiosos y los amantes de las diferentes versiones de la historia, lo más ameno posible, a lo largo de las páginas podemos encontrar algunos dibujos o ilustraciones, además de frases o pasajes de algunos de los libros más importantes de los personajes tratados. Estos destacados, fácilmente visibles por el cuerpo de letra y la tipografía, son donde, supuestamente, hombres como Leornardo Da Vinci o Miguel Ángel declaran públicamente que aman a los hombres y no a las mujeres.

Los homosexuales bíblicos

Asimismo, otro de los recursos, que pueden resultar de más interés para el lector, son algunas pequeñas explicaciones o anécdotas históricas que, aunque no son parte del texto principal, ayudan a completarlo. Así se reseña cuando Paul Tournier nos explica a grandes rasgos la biografía del Emperador Julio César en el capítulo que nos pone de manifiesto su condición de homosexual.

Ningún momento de la historia, evidentemente, ha sido ajeno a este tema. Por ello, el escritor asegura que en la Biblia se pueden leer muchos fragmentos en los que San Pablo asegura tener “una espina clavada” por no poder vivir libremente su homosexualidad, en el capítulo dedicado a los “profetas, apóstoles y santos varones”.

Paul Tournier hace una excepción y rompe su voluntad de hablar sólo de gays varones explicando la relación lesbiana que pudo existir entre Ruth y su suegra Noemí, por entender que abre nuevos interrogantes sobre el tratamiento del sexo en el texto fundacional de la civilización judeocristiana y aporta un dato significativo sobre el origen de los valores en que se mueven la mayor parte de los protagonistas del libro.

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