La informalidad como barrera

La informalidad como barrera

El proceso de globalización que se extiende por el mundo y al que debe ingresar cada economía nacional, está dejando atrás a República Dominicana a la luz de un estudio de la Organización Mundial  de Comercio (OMC) y la Organización  Internacional del Trabajo (OIT). Nuestro talón de Aquiles está en que más de la mitad de la acción productiva pertenece al sector informal. Negocitos  por aquí y por allá.  Dispersos y débiles, sin un orden y sin procesos de innovación tecnológica. Ese enanismo es el que más empleos produce pero sin que la productividad suba y sin el beneficio de la economía de escala, en estos tiempos en que los niveles de consumo por el crecimiento vegetativo de la humanidad  tienen que ser atendidos por sistemas industriales  de envergadura y rapidez.

El reto del futuro institucionalmente es el de apoyar al empresario pequeño y débil,  y hasta al simple artesano, a salir de ese nivel inferior  de la economía dominicana, integrándoles a la titulación, el financiamiento  y tecnologías avanzadas. Hay un punto medio en el que una unidad productiva crece en valor si se asocia a otras de su misma especie y compensa su poco tamaño con la suma de los débiles y el acceso  a procesos fabriles cercanos a los de las grandes empresas. Entremos por ese camino y pronto. Con el ventorrillismo no vamos a ninguna parte.

 

Graves delitos contra turistas

A la delincuencia sangrienta y salvaje, que a veces se manifiesta en asentamientos de turistas  hay que ponerle un freno, y rápido, o el nombre de República Dominicana va a rodar por los suelos en  otras partes del mundo en cuanto a seguridad personal. Los extranjeros pacíficos e indefensos que vienen a vacacionar en este país confiando en el imperio del orden (no los mafiosos buscadores de muchachitos y de libertinaje) deben estar siempre  bajo protectora vigilancia, más aún si permanecen en áreas del territorio nacional especialmente destinadas a ellos, en el Norte o en el Este.

Por todo lo anterior, causa enorme preocupación que tres turistas rusas fueran asaltadas de madrugada mientras dormían  en un residencial de la zona de Higüey por cinco hombres armados y bestiales que las violaron. Fue una acción de auténticos salteadores que actuaron fuera de todo temor a ser castigados. y probablemente fuera, también,  del estatus jurídico de residentes, pues de este  infame  suceso  están siendo acusados unos haitianos indocumentados.

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