La iniciativa privada al servicio de la educación pública

La iniciativa privada al servicio de la educación pública

Ahora que el país vive  un nuevo “momentum”  educativo,  celebrar y publicitar los  veinte años del centro Marcos Castañer – Fe y Alegría  del barrio  Madre Vieja Norte, San Cristóbal, puede ser  un ejemplo y estímulo de lo que puede hacer la iniciativa privada al servicio de la educación pública.

 Marcos Castañer. ¿Quién fue? ¿Quién es? Pocos lo conocen. Un sacerdote español,  que junto a su hermana Gertrudis fundó en 1857, en Mataró, Barcelona, España, la congregación de Religiosas  Filipenses  Misioneras de  Enseñanza para el servicio de la educación a los más excluidos.   Más de un siglo después, en 1972,  llegaron a la República Dominicana y a la fecha son diez y nueve hermanas dominicanas regenteando cinco centros de Fe y Alegría.  Uno de ellos, es el Marcos Castañer,  fundado en 1992 en el barrio Madre Vieja Norte de San Cristóbal. Este pasado mes de octubre ha iniciado la celebración de sus veintiún años.

 En veintiún años han tejido una obra grande en poco espacio. Las Hermanas Yocasta Henríquez, Adalgisa Valdez y Marta Beltrán comenzaron con una escuelita de palos y sacos, la llamaban «la escuelita de sacos”. Esta es la historia. Cuando llegaron al barrio se encontraron con  los esposos Manuel Emilio Ramírez (Gengo) y Lidia Ramírez Veloz. Gengo trabajaba  como camionero en una arenera que allí funcionaba. La empresa quebró y al no tener con qué pagarle  le dieron  el terreno  como compensación. El cedió la parte del terreno en el que hoy está la escuela. Después durante cinco años más cuidó el terreno gratuitamente porque la gente amenazaba con invadirlo.  Cuando  se inició trajo el material para el piso en un camión en el que trabajaba y regaló cinco planchas de zinc. Luego prestó su casa para un aula  y su esposa cocinaba la marifinga de los alumnos. Años después el Ministerio los nombró   en la escuela. Ya están pensionados por problemas de salud, pero Gengo sigue cooperando gratuitamente con la escuela como encargado de la bomba, plomero de emergencia y del mantenimiento de  la planta  eléctrica.

 La escuela se acogió al acuerdo de cooperación institucional firmado entre el Ministerio de Educación y la Asociación Fe y Alegría, Inc. de fecha 31 de mayo de 1991.

 Veinte años después tienen una escuela  con noventa alumnos de inicial; 1,132  de básica y 396 de media. El programa de adultos   oferta cursos de INFOTEP: Belleza, informática, cocina, repostería, contabilidad, secretariado ejecutivo y ventas a unos 200 alumnos promedio al año. Y convoca  para  las Escuelas Radiofónicas Santa María a  sesenta y cinco  alumnos en básica y 359 en  media.

De la directora hasta el personal de mantenimiento suman un total de ochenta  personas, cuarenta profesores.

 Los alumnos se reúnen en  1200 familias diseminadas en el barrio. La mayor parte de las familias  son inmigrantes  de campos y provincias aledañas. La mayoría  están desintegradas y la presencia de la mujer es significativa, ya que en gran parte son “madres solteras”. Solo una minoría está unida  por el vínculo matrimonial, siendo lo común las uniones libres.  Existe bastante violencia familiar.

 Los  alumnos se muestran más interesados en  lo práctico y concreto que en  lo teórico y conceptual. Están   deseosos de ser útiles  y tienen capacidad de servicio, colaboración y solidaridad. Se percibe en ellos una necesidad de ser apoyados, valorados y queridos, tal vez por haberle faltado un ambiente de amor en el hogar. En general, tienen una pobre  valoración de sí mismos, es decir,  una baja autoestima. Frente a los conflictos no saben solucionarlos mediante el diálogo, sino que recurren ordinariamente  a la violencia, fruto, sin dudas, de lo que se vive en su medio social. Su influencia es muy fuerte y casi siempre negativa.

 El centro consta de tres edificaciones: una de un nivel que alberga las 4 aulas de inicial, otro de cuatro pisos, en donde se encuentran las oficinas, salón de actos, cocina, biblioteca, dos espacios proyectados para laboratorios y veintiuna  aulas. En el otro pabellón se imparten las clases de Infotep. Tiene además dos canchas, un pequeño parque para inicial, cisterna, dos tinacos y un pozo tubular.

 El centro promueve la ocupación del tiempo libre de su alumnado con clubes, grupos juveniles, MEFA (Movimiento Estudiantil Fe y Alegría), Infancia Misionera, un coro de niños/as y equipos de diferentes disciplinas deportivas.

 Además,  está abierto para acoger tanto a grupos  de iglesia como a asociaciones del barrio que están comprometidas con el desarrollo de la comunidad. Los sábados es un centro de catequesis y los domingos y festivos una iglesia para   orar y cantar al  Dios que ha estimulado, durante la semana, el servicio  a la educación de niñas, niños y adultos.

De  una  “escuelita  de sacos”, polvorienta, caliente, decorada por alumnos y maestros para darle vida hemos llegado, veinte y un  años después, a una gran escuela símbolo de que los sueños son posibles y de que la fe nos puede llevar a construir montañas.

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