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La inmigración haitiana afecta el salario de los trabajadores dominicanos, desplaza la mano de obra criolla y contribuye a incrementar los niveles de pobreza en la República Dominicana.
Hace un tiempo, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo publicó una investigación según la cual un incremento de un 10% en la inmigración haitiana provocaría que el salario promedio de los trabajadores dominicanos se redujera en un 3.7%.
Desde entonces, una oleada de haitianos ha llegado al país para realizar labores en diferentes áreas, como construcción, agricultura y servicios.
Para el secretario general de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), Gabriel del Río Doñé, la inmigración haitiana descontrolada afecta los salarios de los obreros dominicanos e incide en la pobreza del país.
En todas partes del mundo la inmigración tiene que ser controlada para tratar de mantener un equilibrio entre la población local y la que viene de afuera, para que no perjudique a los nacionales, señala.
Según la investigación del Ministerio de Economía, la inmigración haitiana eleva el grado de desigualdad del ingreso en el país, o sea, aumenta la remuneración del capital y de la mano de obra calificada y reduce los ingresos laborales de los trabajadores menos calificados.
El sector productivo se beneficia de la mano de obra haitiana a través de los bajos salarios.
Los empleadores contratan mano de obra haitiana porque eleva la rentabilidad de sus operaciones de construcción o comerciales.
En sentido general, de acuerdo con el estudio del Ministerio de Economía, se evidenció que el beneficio de los negocios se incrementa al usar la oferta laboral inmigrante.
Desde el terremoto en Haití el 12 de enero del 2010, la inmigración haitiana ha crecido en el país.
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Encuesta
1. La primera Encuesta Nacional de Inmigrantes, que está pautada a realizarse en el segundo semestre de este año, cuantificará la población haitiana en el país.
2. El estudio, a cargo de la Oficina Nacional de Estadística, será financiado por la Unión Europea y tendrá el apoyo técnico del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Costará US$1.4 millones.
