El horrendo e irritante crimen de Leslie Rosado el pasado sábado, nos confirma cómo anda la insensibilidad de la sociedad dominicana, sobre todo en la Policía Nacional que hace apenas una semana otro miembro de esa institución cometió un hecho parecido en Padre Las Casas, Azua, donde murió Robinson Méndez Mancebo a causa de un disparo.
Los especialistas en la conducta exponen que la insensibilidad es la incapacidad perceptiva y emocional de no saber identificar y evaluar los sentimientos que las situaciones o las personas producen en nosotros. Es decir, la capacidad de no sentir nada ante el dolor o el sufrimiento de los demás.
Estos casos son el vivo ejemplo que los terapeutas explican cuando una persona tiene este comportamiento, cuyo accionar no contemplan el sufrimiento ajeno, actúan sin razonamiento, la soberbia ausenta la sensibilidad y causan crímenes tan horrendos como estos dos.
De la sensibilidad a la insensibilidad hay un paso, casi siempre depende de los factores adquiridos tras las historias de vida de cada persona, y motivados por las insignias de la Policía que los hace creer por encima del bien y del mal.
La mayoría de los alistados en la Policía tiene aprendizajes de lo que ha tocado vivir, condicionan los sentimientos, haciendo que cada persona tenga una forma distinta de reaccionar ante el sufrimiento y el dolor, tanto propio como ajeno.
De acuerdo a este escenario, se hace necesario una reforma o, más bien, reorientar la Policía Nacional, porque por lo visto es un mal repetitivo dentro de esa entidad, que son muchos los casos cometidos por sus miembros, recordamos el de Villa Altagracia, donde fallecieron los esposos Joel Díaz y Eliza Muñoz Marte.
La insensibilidad es una acción que al parecer es repetitiva en los policías, y tras estas acciones nos hace sumarnos al reclamo que la Policía debe ser reestructurada lo antes posible, ya que la sociedad dominicana no aguanta un crimen más.