El Dr. Henry Mejía se ha reintegrado a sus labores como miembro titular de la Junta Central Electoral después de haber rebasado serios quebrantos de salud.
La presencia de Mejía Oviedo en la JCE es en estos momentos oportuna y saludable por su carácter conciliador y como ente de equilibrio, por cuanto sería una locura intentar destituirlo mediante una especie de golpe de estado institucional que pondría en peligro la credibilidad del próximo proceso electoral.
Los aprestos en ese sentido, si es que los ha habido, constituyen una insensatez y una innecesaria acción perturbadora, pues Henry Mejía no ha cometido falta alguna que justifique su separación del puesto que ocupa por una decisión del Senado de la República.
Hay un refrán que dice “matar el gallo en la funda” y probablemente eso es lo que ha hecho el Dr. Henry Mejía Oviedo con su sorpresiva reintegración, y la divulgación de una foto muy expresiva en compañía del presidente de la JCE, Dr. Julio César Castaños Guzmán, quien evidentemente se siente cómodo y complacido con la llegada del citado magistrado.
La actual Junta lo está haciendo bien y cualquier intento de desarticulación sería un daño terrible al proceso electoral venidero y a la propia institucionalidad democrática del país.