Madrid.– Los patitos recién nacidos son más listos que muchos animales cuya inteligencia se considera avanzada, pues los pequeños palmípedos son capaces de adquirir conceptos abstractos como “igual” y “diferente” sin ningún tipo de entrenamiento, mientras que otras especies sí lo necesitan.
Un estudio de la Universidad de Oxford publicado hoy por la revista Science señala que los patitos y otros animales jóvenes suelen aprender a identificar y seguir a su madre a través de un tipo de aprendizaje o “impronta” que puede producirse sólo 15 minutos después del nacimiento.
A cada patito silvestre recién nacido lo primero que se le presentó fue una pareja de objetos que podían ser iguales o diferentes en forma y color y se movían de forma circular, tras lo cual al animal se le enseñaban dos pares de objetos de formas y colores que eran nuevos para él.
Si el patito había sido expuesto por primera vez a dos objetos iguales (dos esferas) en la siguiente prueba tenía que elegir entre seguir a un par de pirámides (igual) o a un cubo y un ortoedro (diferente). Y, de hecho, en la nueva prueba el animalito prefería seguir a las parejas que tenían la misma relación con la que había sido originalmente su “impronta».
Aproximadamente tres cuartas partes de los pequeños palmípedos prefirieron seguir el par de objetos que guardaban la misma relación que había visto nada más nacer, y su precisión fue igual de buena tanto si tenían que aprender el concepto “igual” o “diferente” o si se les ponía a prueba con formas y colores.
Por tanto, los investigadores afirman que incluso la “impronta”, una forma básica de aprendizaje, parece ser moldeada por un nivel superior de razonamiento cognitivo.
En la naturaleza, según los autores, un joven patito competente en el pensamiento relacional aumenta su probabilidad de identificar a su madre y hermanos con independencia de todas las variables presentes en el entorno.
El profesor Alex Kacelnik del departamento de Zoología de la Universidad de Oxford dijo que, hasta donde saben, este es la primera demostración de un organismo no humano que aprende a diferenciar entre conceptos relacionales abstractos sin ningún tipo de entrenamiento de refuerzo».
Los otros animales que han demostrado esa habilidad lo han logrado siendo repetidamente recompensados cuando acertaban, “mientras que nuestros patitos lo hicieron de manera espontánea, gracias a su predisposición a la impronta cuando son muy jóvenes”, agregó. Y puesto que el proceso de la impronta se realiza muy deprisa, los patos aprenden a diferenciar conceptos relacionales con mucha más rapidez que otras especies y con un nivel similar de precisión.
El estudiante de doctorado Antone Martinho de la Universidad de Oxford explicó que, “aunque al principio parezca sorprendente que estos patitos de un solo día puedan aprender algo que normalmente sólo lo pueden hacer especies muy inteligentes, también tiene un sentido biológico».
Cuando un pato es joven -explicó- necesita ser capaz de estar cerca de su madre para estar protegido y un error de identificación podría ser fatal.