La idea de que se pudiera estar contemplando una nueva reforma tributaria no sólo proviene de las declaraciones que acaba de emitir el subdirector gerente del FMI al terminar su reciente visita al país, cuando dijo que se deben examinar  todos los aspectos de política fiscal. Pero también esa idea está presente en  la posición que ha mantenido sobre el tema el jefe del equipo económico del gobierno, ingeniero Temístocles Montás.

En su libro “Hacia dónde vamos: reflexiones sobre el desarrollo dominicano”, que acaba de publicar el ingenerio Montás, éste afirma que “un Estado como el que concebimos no puede desarrollarse en el marco de la fiscalidad que prevalece actualmente en nuestro país”.

Montás sugiere que en la medida en que los países crecen, la base tributaria debe ampliarse, para que el sistema tributario se vuelva más progresivo, “todo lo cual redunda en un círculo virtuoso entre crecimiento, gasto público, nivel de impuestos y progresividad del sistema”.

Y sostiene que España es un buen ejemplo de cómo la carga tributaria se ajusta en función de crecimiento del PIB”, al señar que en el 1975 la carga tributaria española era del 18.2 por ciento del PIB y diez años después habia llegdo al 31.8 por ciento del PIB, y para el 2004 se encontraba en 35.1 por ciento del PIB.

Montás plantea en su libro si el país siguiera la trayectoria del déficit fiscal primario del periodo 2001-2004, de 1.83% del PIB, con una tasa de crecimiento promedio de 2% y una tasa de interés real de la deuda de 6%, la deuda pública del país sobre el PIB pasaría en los próximos veinte años a más de 170%, con lo cual la situación fiscal se haría insostenible.

En cambio, Montás aboga para los próximos años que en vez de un déficit primario como el señalado, se tenga un superávit fiscal de igual magnitud, con un crecimiento de 5 por ciento del PIB, lo cual, tomando como referencia una tasa de interés de 6 por ciento, arrojaría para los próximos diez años una reducción en la deuda pública de hasta el 40.3 por ciento del PIB, pudiendo llegar en veinte años, según plantea, a 25.3 por ciento del PIB.

Afirma que si el superávit primario  fuera de 2.9% del PIB, la deuda bajaría en diez años a 29.2% del PIB.

Las frases

Temístocles Montás
Para las autoridades es importante determinar si la orientación de la política fiscal es o no sostenible, porque los resultados podrían indicar la necesidad de corregirla, para evitar que el sector público caiga en la insolvencia”.