La invasión antes de la ocupación

La invasión antes de la ocupación

Pista de aterrizaje de helicópteros en el USS Boxer.

Por: Orlando Inoa

Pocos minutos después de las 2:00 de la tarde del sábado 24 de abril de 1965, William B. Connett, consejero de la embajada de los Estados Unidos en la República Dominicana, actuando como encargado de Negocios y representante del embajador William Tappley Bennett, entonces ausente del país, informó al Departamento de Estado que estaba en curso un levantamiento militar contra el presidente Donald Reid Cabral con la intención de reponer al derrocado presidente Juan Bosch. Otras comunicaciones describiendo el desenlace de la situación siguieron en el curso del día. Acercándose a la media noche el comodoro James A. Dare, comandante del Caribbean Task Force, quien estaba estacionado en Vieques, Puerto Rico, recibió del Departamento de Defensa una alerta de que una potencial situación políticamente desastrosa estaba en proceso en Santo Domingo. Mientras tanto en la República Dominicana, al amanecer del domingo 25 de abril, a las 5:00 de la mañana, se cumplió el plazo que el presidente Donald Reid Cabral había impuesto a los militares rebeldes para que depusieran su actitud levantisca o de lo contrario serían enfrentados.

Evacuacion de ciudadanos norteamericanos desde el puerto de Haina. A la izquierda se ven soldados norteamericanos desarmados de la Sexta Unidad Expedicionaria.
Evacuación de ciudadanos norteamericanos desde el puerto de Haina. A la izquierda se ven soldados norteamericanos desarmados de la Sexta Unidad Expedicionaria.

Esas amenazas no se cumplieron debido a que los militares de San Isidro no estuvieron de acuerdo en honrar la palabra del Presidente. Ante este estrepitoso fracaso, Reid Cabral llamó a la embajada norteamericana inquiriendo si los Estados Unidos estarían dispuestos a intervenir militarmente en el país. Ante esta descabellada propuesta, que no era más que una manifestación de desesperación del Presidente, la embajada informó a Washington, muy temprano el domingo 25, que el poder de Reid Cabral se estaba deteriorando rápidamente.

Ese deterioro fue la señal para que Kennedy Crockett, director de Asuntos del Caribe del Departamento de Estado y encargado del Escritorio Dominicano, solicitara sin pérdida de tiempo el envío de fuerzas navales a las costas dominicanas, listas para evacuar a los ciudadanos americanos si las circunstancias así lo demandaran. Lo anterior sucedió después de que Crocket pidiera al Departamento de Defensa que se le permitiera actuar ‘on a contingency basis’, esto es, sin la necesidad de notificar al Presidente, pero en concordancia con los procedimientos establecidos, para mandar barcos a las aguas dominicanas listos a evacuar a ciudadanos norteamericanos.

Como resultado de esa petición, a las 10:32 de la mañana del domingo 25, cuando todavía no se habían cumplido 24 horas del inicio del levantamiento rebelde, la Jefatura de Estado Conjunta del ejército norteamericano (Joint Chiefs of Staff, conocido como JCS), localizada en el Pentágono, en Washington, envió un mensaje al almirante Harold Page Smith, jefe de la Flota norteamericana del Atlántico, U.S. Atlantic Fleet (CINCLANT), a su cuartel general en Norfolk, Virginia, diciéndole que procediera a ordenar el traslado de barcos de guerra a la cercanía de Santo Domingo, y que estos permanezcan allí, fuera de la vista del público, hasta que recibieran nuevas órdenes. Media hora después de que el CINCLANT recibiera la comunicación del JCS, Page Smith informó al comodoro Dare de que en la República Dominicana estaba en proceso un golpe de Estado pro comunista, y que procediera a dar cumplimiento a la orden que había recibido del CINCLANT. Por su parte, Dare ordenó al coronel George W. Daughtry, comandante de la Sexta Unidad Expedicionaria, que desde principios de abril de 1965 se encontraba en Vieques, Puerto Rico, y que para ese momento había concluido la Operación Quick Kick VII y tenía a sus 1,830 hombres a bordo en los seis buques que componían su flota (el Boxer, el buque insignia, además del Ruchamkin, Woody County, Raleigh, Fort Snalling y Rankin), que abortara la orden previa de partir al otro día a continuar entrenamientos en la zona del Canal de Panamá y salieran de inmediato hacia Santo Domingo.

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A pesar de que solo se requería una tercera parte de las tropas del Caribbean Task Force para evacuar a los ciudadanos norteamericanos, el CINCLANT, basándose en las informaciones cada vez más constantes y alarmantes que recibía el almirante Page Smith procedentes de Santo Domingo, decidió enviar a todos los militares de la Sexta Unidad Expedicionaria por si acaso se tendría que aplicar otras medidas, como podía ser el uso de la fuerza militar. Ya al mediodía del domingo 25 de abril los barcos de guerra norteamericanos estaban en ruta hacia Santo Domingo. En el trayecto, el comodoro Dare y el coronel Daughtry diseñaron un plan de evacuación en caso de ser necesaria su aplicación. Antes de arribar a su destino se decidió enviar al Rankin a explorar los puertos de la región norte del país ante la posibilidad de que estos se usaran, si fuera necesario, en el proceso de evacuación, previa transportación aérea de los evacuados a esos lugares. Luego ese barco continuó esa misión en las zonas Este y Sur del país.

A las 2:00 de la madrugada del lunes 26 los marines estaban en aguas territoriales dominicanas estacionándose a 30 millas de la ciudad de Santo Domingo. Procuraron no ser visibles desde tierra, pero sí estar lo suficientemente cercanos para desembarcar y entrar en acción si fuera necesario. A ese escuadrón anfibio le fue ordenado iniciar los preparativos de una posible evacuación de norteamericanos residentes en el país incluyendo a aquellos que estuvieran de paso como la banda de jazz de la Universidad estatal de Michigan que agotaba una gira cultural. Las primeras gestiones para cumplir esa misión comenzaron el mismo día de la llegada cuando pasadas las cinco de la tarde desde la embajada norteamericana se llamó a Puerto Rico a Luis Muñoz Marín para que intercediera ante Juan Bosch y garantizara un cese al fuego. A prima noche del lunes 26, los dos bandos (San Isidro y el Palacio Nacional) habían aceptado la tregua para la evacuación.

Apenas estos soldados llegaron violaron la soberanía dominicana.

Con los primeros rayos del sol del lunes 26 un helicóptero del Boxer voló a la embajada a llevar un equipo de radio más sofisticado (que resultó no serlo), con la idea de sustituir el radio amateur con el cual Fred Lann, un empleado de la embajada, había conseguido contacto con el Boxer. Nótese que este desembarco se produjo dos días antes de que los Estados Unidos declararan oficialmente la ocupación militar.

Mientras tanto en la ciudad de Santo Domingo la tarde del lunes 26, el jefe de la Policía comunicó a la Embajada norteamericana que no podía garantizar la seguridad de los norteamericanos que residían en el país. En consecuencia, la embajada informó a estos ciudadanos que se presentaran al otro día, antes de las 10 am., al hotel El Embajador, para proceder a su evacuación. Se les instruyó que solo podían acarrear una maleta, y a pesar de la claridad del aviso, esa tarde ya había 250 ciudadanos norteamericanos en el hotel cargando con todo lo que podían y esperanzados en ser evacuados. Simultáneamente a estos hechos, la flota de barcos de guerra fue autorizada a aproximarse a 20 millas de la costa. Al amanecer del martes 27 el hotel estaba repleto de personas americanas o no (unas 3,000), que buscaban abandonar el país, lo que presagiaba una evacuación masiva y complicada.

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Según lo planificado, y por sugerencia de Connett, la evacuación debía de comenzar a tempranas horas de la mañana del martes 27. Fue pospuesta por el Departamento de Estado, a sugerencias del JCS, cuando «un aviso radial de Peña Gómez hizo pensar a algunos oficiales de la embajada que los rebeldes estaban a punto de entregarse». A pesar de que regía un «alto al fuego» acordado entre las partes beligerantes, esa mañana se produjo un estresante incidente en el hotel El Embajador cuando una turba armada penetró bajo tiros en busca de Rafael Bonilla Aybar (Bonillita). No obstante la gravedad de ese incidente, el mismo no cambió el curso de los preparativos de la evacuación. La orden de iniciarla la dio el presidente Johnson a la 1:25 de esa tarde poco tiempo después de haber ocurrido el incidente del hotel y según la fuente anterior, apresurado por ese hecho.

Se decidió que los evacuados que cumplieron con la documentación requerida fueran transportados por tierra hasta el puerto de Haina y de ahí en helicópteros hacia los barcos. Muy temprano esa misma mañana ese puerto había sido habilitado para esta operación cuando una autorización del comodoro Francisco Javier Rivera Caminero dispuso la principal facilidad portuaria que tenía la Marina, localizada en Haina, para que los barcos norteamericanos atracaran. A media mañana un helicóptero militar realizó un vuelo de reconocimiento sobre el puerto de Haina y al mediodía se ordenó a los barcos que se aproximaran a 10 millas de la costa. Mientras se realizaba la tarea anterior se recibió en el Boxer la información de que en lo inmediato el embajador Bennett llegaría al país por el aeropuerto de Punta Caucedo, por lo que se ordenó a dos helicópteros de la dotación de ese barco que volaran a ese destino y trajeran escoltado al embajador.

Este permaneció en el Boxer poco tiempo y continuó vuelo al puerto de Haina, desde donde prosiguió camino hacia la embajada. Apenas el embajador Bennett entró en funciones pidió que los barcos se aproximaran a 5 millas de la costa, donde pudieran ser vistos por toda la población. Esta precaria maniobra se hizo pasando entre corbetas y cañoneras de la Marina de Guerra dominicana, así como barcos mercantes. Desde ese nuevo posicionamiento los norteamericanos pudieron observar a los aviones P-51 ametrallar a la ciudad, así como a la Marina dominicana disparar algunos cañonazos. Al mediodía se instruyó al Boxer y al Raleigh (que poseía una plataforma para aterrizar helicópteros) que atracaran en el puerto de Haina.

En el hotel El Embajador, a la una de la tarde, se inició la caravana de evacuados, bajo la custodia de la Policía dominicana. Esta caravana salió hacia Haina en camiones, guaguas y vehículos procurados por la embajada. Al mismo tiempo en que esto ocurría, 16 helicópteros de la estación HMM-264 del Boxer desembarcaron en Haina dos compañías de Marines para asegurar la zona del muelle y establecer una pista para helicópteros. Para evitar una confrontación innecesaria el comodoro Dare y el coronel Daughtry tomaron la decisión de que los militares del batallón de fusileros que iban a desembarcar lo hicieran sin cascos ni armas al cinto ni portando armas largas.

Esto se hizo en función de que las informaciones de inteligencia que tenían en ese momento no eran claras para poder identificar a quiénes debían de enfrentar, cuál era su composición y dónde estaban localizados, como tampoco estaba claro con quiénes debían de contar. Al desembarcar soldados desarmados, en prevención de que las cosas salieran mal, posicionaron en actitud de combate una compañía de tropas armadas, que estaría a bordo de uno de los barcos, presta a movilizarse en helicópteros y entrar en acción en pocos minutos, así como se alinearon los barcos en posición que facilitaran un desembarco anfibio o aéreo.

A las 2: 30 de la tarde del martes 27 de abril la primera fase de la evacuación se había completado sin ningún inconveniente. Se trasladaron 556 personas tanto al Boxer como al Raleigh. Esta operación movilizó aproximadamente un tercio de los ciudadanos norteamericanos residentes en el país. A las 4 de la tarde el Ruchamkin partió hacia Puerto Rico con 200 evacuados; 40 minutos después lo hizo el Wood County con 420. Al personal de ambas embarcaciones se les instruyó que, al desembarcar, retornaran de inmediato. El traslado de ciudadanos hacia los otros barcos que estaban en alta mar continuó hasta las 6 de la tarde. Al Boxer fueron llevados 1,800 personas y al Raleigh 294. Paralelamente a estos hechos, a las 10 de la noche la División 82 de Paracaidistas del Fuerte Bragg fue puesta en alerta para una posible acción militar.

En la mañana del miércoles 28 se continuó con la evacuación, pero al mediodía además de los barcos que operaban desde Haina se incluyó helicópteros que volaron directamente al hotel El Embajador. Ese día 705 personas fueron llevadas al Boxer. De ese total una mitad se realizó por tierra y la otra por helicópteros. Los evacuados llevados al US Boxer permanecieron tres días en se lugarhasta que fueron transbordadosa otros tres buques, que estaban en la cercanía (Ruchamkin, Raleigh y Wood County)para ser llevadas a Puerto Rico. Esto sucedió porque cuando el Boxer se aprestaba a salir para Puerto Rico se le ordenó que se mantuviera en aguas dominicanas por si su presencia [y la de sus helicópteros] fuera necesaria.

Después del mediodía del miércoles 28, la situación en la ciudad de Santo Domingo empezó a deteriorarse más de lo que estaba. El jefe de la Junta Militar de San Isidro solicitó el desembarco de todos los marines que estaban en alta mar, mientras que el jefe de la Policía informó a la embajada que ya no podía garantizar la seguridad a lo largo de la ruta hacia Haina que recorrían los que eran evacuados. Ante esta alarmante noticia a las 5:45 de la tarde el embajador Bennett solicitó al comodoro Dare el traslado del centro de operación de los helicópteros (que estaba en Haina) al campo de polo adyacente al hotel El Embajador para proceder a evacuar a los restantes ciudadanos norteamericanos, así como también pidió que se reforzara la seguridad de la Embajada con militares armados.

La petición fue aprobada. Los primeros helicópteros que volaron al campo de polo del hotel lo hicieron desde Haina con militares desarmados queprivilegiaron montar a niños y mujeres para llevarlos al Boxer. Antes de producirse el primer viaje de retorno al hotel desde el Boxer, el reloj había marcado las 6:00 de la tarde. Exactamente a esa hora el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, autorizó el desembarco militar norteamericano a la República Dominicana.

A la vuelta, los helicópteros volaron en total oscuridad y bajo una persistente llovizna transportando tropas armadas que se estacionaron tanto en el hotel El Embajador como en la embajada norteamericana. Así continuaron otras maniobras de traslado entre el hotel y el Boxer movilizando civiles que salían y soldados armados que venían. A las 7:10 de la noche todos los barcos norteamericanos anclados frente a Santo Domingo oyeron la voz del presidente Johnson decir: «Acérquense a la costa, listos para desembarcar». Transcurrida una hora y media, a las 8:40 de la noche, en la Casa Blanca, el Presidente se presentó ante las cámaras de televisión e hizo pública su decisión de invadir a la República Dominicana. Había comenzado la segunda ocupación militar norteamericana a la República Dominicana.