La investigación y calidad principales retos de educación

La  investigación y calidad principales retos de educación

Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, con representantes dela Asociación Dominicana de Rectores Universitarios, encabezado po el doctor Àngel Hernández Presidente, doctor Marcos Villamán Secretario, ingeniero Epifanio Tiburcio Vocal y el licenciado Lorezo Cuevas Director Ejecutivo. Hoy/ Arismendy Lora 17/07/2019

La educación superior ha estado en expansión en el país con 50 instituciones y 540,000 alumnos que representa el 40% de los estudiantes que deberían estar en el tercer nivel educativo. Sin embargo tiene entre en sus retos elevar la calidad, fortalecer la investigación, lograr la acreditación internacional y vincularse más con el mercado laboral, expusieron ayer representantes de la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades (ADRU).
De las 50 academias, 17 son institutos de educación superior, y 33 universidades. La estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) concentra cerca de 220,000 de la matrícula.
El tema fue tratado por Ángel Hernández, presidente de ADRU; Marcos Villamán, secretario; Epifanio González, vocal y Esteban Tiburcio, director ejecutivo.
Hernández destacó que la universidad dominicana hoy en día es un espacio diverso, superando un único de tipo de academia y una élite que accedía a la misma. Las hay religiosa, tecnológica militar, virtual, público, privada, en las cuales se puede acceder, logrando una mayor democratización de los estudios universitarios, resaltó.
«El hecho de que la educación superior llegue cada día a más público es una fuente de esperanza para el desarrollo del país, puesto que habrá más jóvenes educados y en capacidad de incorporarse al sector productivo», manifestó.

Retos. Al abordar los retos de las academias, Tiburcio consideró que la acreditación internacional es necesaria para que los egresados del país puedan ejercer en otros países. En ese punto citó la importancia de la evaluación quinquenal que próximamente iniciarán las universidades y el Ministerio Superior, Ciencia y Tecnología para medir los indicadores de calidad.
Confió en que esto ayude a fortalecer el sistema y acreditar nuevas carreras.
«Todas las universidades de República Dominicana nos encontramos ante un gran reto que podemos aprovechar para el crecimiento de las instituciones y del sistema».

Mientras que Villamán expuso que entre los retos fundamentales es continuar creciendo y hacer esfuerzo mayor frente a la calidad y la investigación.
Citó que para aumentar la calidad hay que incrementar la cantidad de doctores en las universidades lo que se expresa en mejor formación y apoyo a los estudiantes. «El doctorado en otros países es casi la condición para ser docente en la universidad, aquí aún no lo es. Estamos cambiando en esa dirección y eso se va repercutir», expresó.
Con relación al aumento de la investigación dijo que debe dirigirse a educación y en otros campos del saber. «Si somos capaces de crecer en calidad, en investigación y en docencia estaremos aportando un dato importante a la sociedad dominicana de cara al futuro».

González también enfatizó en la investigación ya que el modelo universitario de la región se inclinó más a la docencia, por lo que hay mucho por recorrer.
«Hemos iniciado el proceso de caminar e invertir en investigación y creo que es un proceso que hemos caminado lento, pero de manera continua y que está dando resultados”, dijo.
Indicó que esa investigación debe estar ligada a procesos productivos, para un doble impacto: en la calidad de los profesionales y oferta de bienes y servicios.
Cuerpo doctoral. Hernández indicó que todavía no se están formando el nivel de doctores que se requiere en el país y muchos profesionales deciden hacerlo fuera del país y se quedan en el extranjero.
Expresó que han planteado que las becas de doctorados o maestrías que otorga el gobierno sean impartidas en el país aunque haya que traer profesores de otras naciones.
Indicó que eso va de la mano con un mayor financiamiento de la educación superior y que actualmente solo llega al 0.5% del PIB, lo cual es muy bajo, y que casi todo va al sector público y al ministerio del área, ya que las universidades privadas prácticamente se autofinancian y solo reciben algunos recursos a través del Fondo para la Investigación en Ciencia y Tecnología.
Al respecto, Tiburcio planteó que los recursos del referido fondo deben ampliarse para a investigación en ciencias sociales, ya que se ha dado de lado a la sociología, filosofía, las letras, artes y otras que son importantes para diseñar intervenciones sociales, las cuales muchas veces son importadas sin conocer la realidad actual.
En ese punto coincidió Villaman al señalar la importancia de las ciencias sociales para interpretar los procesos de desarrollo social y político como se hizo en los años 70 y 80.
Cantidad y calidad. Cuestionado si no es mucho 50 universidades para el país, el presidente de ADRU dijo que eso no es el problema, sino la calidad de los profesionales. De ahí que entiende es importante que las academias pongan en marcha sistemas de control interno para ofertar buena formación. Citó que en el país hay academias muy pequeñas con mucho prestigio por su calidad.
«No es la cantidad, es cómo esas universidades impactan al desarrollo del país…hay que ver cómo la universidad mejora a partir de sus limitaciones y eso va hacer en la medida e la que universidad haga conciencia de la importancia de su autorregulación”.
Hernández valoró la importancia de evaluación externa, pero entiende no es determinante. «Es la propia universidad que tiene que decidir cómo hacerlo mejor y cómo invertir sus recursos para que cada día crezca en calidad y pueda impactar mejor en la formación de sus egresados».

Los egresados y el mercado laboral
El presidente de ADRU reveló que alrededor de 20,000 estudiantes por año egresan de las universidades y cerca del 70% logran emplearse aunque hay que ver qué tipo de trabajo porque los niveles salariares del mercado laboral son muy precarios.
Ángel Hernández citó que muchos egresados con maestrías reciben un salario de 20,000 pesos, lo que provoca fuga de talentos. “No se concibe la inversión con el salario”, dijo.
Indicó que la estructura productiva del país no tiene capacidad para absorber la cantidad de egresados, por lo que planteó un debate sobre qué tipo de socieda queremos y de formación.
Refirió que en el sector servicio los profesionales locales aportan poco a los productos importados lo que requiere mayor formación en biotecnología y otras áreas.
Aunque reconoció que se requieren mayor educación técnica, destacó que en el país existe una cultura de que una licenciatura, ingeniería, la medicina es que dan mayor prestigio social.
Al respecto Esteban Tiburcio, director ejecutivo de la ADRU, insistió que hace falta mayor investigación social y diseñar políticas educativas de acuerdo a las necesidades de desarrollo y por ende del empleo.
Mientras que Epifanio González, vocal de la entidad, señaló que las universidades dominicanas también podrían preparar profesionales que puedan insertarse en mercados de otros países, ya que todo está conectado y además son recursos de exportación que a su vez envían remesas al país.

 

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