La ira al volante

La ira al volante

El estrés provocado por conducir en ambientes hostiles de tráfico es una reacción natural por sentirnos atrapados o impotentes de manejar la situación en la que nos encontramos.

Es algo común en nuestras calles, por lo general nos sentimos agredidos cuando alguien no cumple las reglas de transito que muchos nos esforzamos en cumplir. Si a esto añadimos los problemas cotidianos que se nos presentan estamos ante una situación que requiere de mucho autocontrol.

¿Pero qué pasa cuando no podemos controlar ese estrés? Algunos reaccionan de manera violenta que en muchos casos se convierte en agresión. Usted puede identificar las señales de la ira al conducir. Por ejemplo si un conductor toca la bocina incesantemente, esto le indica que esa persona está usando el ruido como medio de agresión.

Otra forma es utilizar el vehículo de forma amenazante reduciendo el espacio entre los vehículos y en algunos casos llegan a chocar a otros vehículos. Acciones como cambios frecuentes de carril, saltarse la fila, frenadas bruscas, golpear el guía, hacer señales de repudio y gritar son indicadores de que el conductor está perdiendo el control de la situación.

Usted no puede controlar el estado anímico del otro conductor pero usted si puede aplicar técnicas de manejo defensivo para evitar situaciones de riesgos.

Si es posible evite las vías de alto tránsito y las horas picos de congestionamiento. Evite cuanto pueda las calles que usa el transporte público sino evite el carril que estos vehículos usan.

Si alguien se salta la fila y luego de manera agresiva se le atraviesa para reingresar al carril, cálmese y piense detenidamente en la acción que tomará, cédale el paso evitando un choque dejando una distancia segura de seguimiento y ármese de paciencia.

Es cierto que su derecho de vía ha sido violado, pero responder con violencia podría empeorar la situación y el tiempo que usted puede pensar que estaría perdiendo realmente es insignificante.

¿Es usted un conductor agresivo? Identifique las señales y busque ayuda, sino puede poner en peligro su vida o la de otros usuarios. Si es posible permita que otro maneje cuando se encuentre bajo presión. Es lamentable ver como, por un simple accidente o por disputarse un parqueo, muchas familias han quedado destruidas.

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