La isla al revés

La isla al revés

En una película buenísima de los años no me acuerdo, los sobrevivientes de una catástrofe se ven obligados a permanecer en una isla por tiempo indefinido, que por lo mágica y peligrosa se parecía a la nuestra.

Sin embargo, al enterarnos de que aquellos hombres y mujeres se hallaban allí para expirar sus propias culpas y no las ajenas, nos dimos cuenta de que esa isla y esa gente no tenían que ver con nosotros. Porque en nuestra siempre amada isla, que al decir de alguien no deja de ser una isla al revés, ya que en la misma los buenos pagan por la culpa de los malos, la cosa es diferente.

Como en aquella isla de las incertidumbres, en la nuestra han instalado también una especie de infierno, relativo a lo que sea, pero infierno al fin, con su delincuencia, corrupción  y su impunidad eterna, (origen ésta de todo mal). Un simbólico infierno con su inseguridad y sus abusos, con sus diablos y sus diablitos, con sus atentados criminales  recientes, como el del joven abogado y comunicador de Santiago, Jordi Veras, y el asesinato del joven de 23 años, estudiante de término de la Facultad de Derecho de al UASD, Abraham Ramos.

Pero no todo es así. En nuestra pródiga isla, bendecida por Dios y saqueadas por los hombres, hay también cosas muy buenas, como nuestras hermosas playas y la calidad humana indiscutible de su gente. Además de un cielo construido para los gustos más exigentes. Aunque no es ni remotamente el cielo que solemos imaginar.

Porque en este cielo sólo viven los malos, los buenos, en su gran mayoría, están en un infierno.

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