LA ISLA… POR DESCUBRIR

LA ISLA… POR DESCUBRIR

Las islas nutren el imaginario, el sueño y la ilusión, la fantasía insular encarnada en las artes y la literatura con la pasión de Pablo y Virginia, la promesa del Quijote a Sancho Panza como gobernador de una isla fabulada. La isla puede ser un desprendimiento geológico del continente, un surgimiento del mar, un fenómeno geográfico con una trascendencia psicológica que interfiere en las vidas humanas hasta cristalizarse en el léxico con las palabras “aislamiento, aislarse, aislado”, que nos transmite un referente de exclusión, separación en sí. Sin embargo, las islas transmiten también belleza, amor, misterio y salvación, como es el caso de Robinson Crusoe y de tantos personajes de Julio Verne.

Las islas son un rosario de civilizaciones, mitos y culturas, que se comunican a través de los mares. La civilización helénica se desarrolló en el conjunto de su patrimonio insular y en su mar Egeo. Cada dios y diosa dejaron las huellas de sus mitos y de sus símbolos. Los cantos dela Ilíada y la Odisea, son verdaderas plataformas de lo real con lo divino.

La Española, La Hispaniola o Isla de Santo Domingo, en la que vivimos, segunda isla más grande en el archipiélago de las Antillas Mayores, ocupa un espacio insoslayable en el mundo de la Historia de la Humanidad, nos honra con la grandeza del origen, su insularidad, la grandeza de la civilización taína que desarrolló en sus cacicazgos una parte considerable de la civilización amerindia.

Esta isla conocida por ser el lugar del primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo, descubierta por Cristóbal Colón en su primer viaje en 1492, en la que se hizo grande el canto de Anacaona, y la sabiduría de Bohechío. Una isla, donde todavía hoy nos queda tanto por investigar y conocer de los antepasados amerindios; cuya dimensión no está valorada en su justo valor. Sí así fuera, tendríamos, por ejemplo, un Museo del Hombre Dominicano concebido y desarrollado con una museografía evidenciada por la investigación y la didáctica, este Museo tendría que ser el más visitado, tanto por un público nacional como internacional.

Conocer más a fondo la civilización taína ocuparía una parte importante para entender la realidad del lugar y espacio en el que vivimos hoy. Esto sería un paso importante sobre la historia insular lo que permite profundizar la dimensión que ocupan los acontecimientos históricos de la colonización. Estudiar este periodo desde una perspectiva cultural antropológica y humana permite educar con amplitud la trascendencia del pasado y poner en luces del presente todas las herencias recibidas, lo que autoriza o nos lleva a una liberación fruto del conocimiento; es decir, a una decolonidad con la conciencia abierta y clara de todo lo sucedido durante la colonización, y poder así analizar con mesura las consecuencias en la contemporaneidad. Quedan por encenderse todas las luces que ayuden a estudiar de manera científica el periodo esclavista de la colonización, de la trata negrera insular con sus matices y complejidad. Pues, cierto es, que estamos en una isla donde conviven dos naciones soberanas e independientes, con múltiples fronteras que marcan grandes diferencias entre las dos culturas. Sucede, que la frontera más violenta y frontal no es la geográfica, sino, la frontera de las diferencias humanas como son: la diferencia de lenguas, de composición social y cultural, y de políticas de Estado. Sin embargo, conocer las diferencias es un paso importantísimo para marcar y limitar los espacios tanto humanos, como económicos, políticos y culturales.

El período colonial marcó el espacio de estas fronteras, y si estudiamos a fondo la colonización francesa en Haití y sus consecuencias, así como la colonización española en República Dominicana, entenderemos claramente el porqué de tantas problemáticas del presente. El conocimiento y el estudio son las primeras armas de la libertad y de la liberación de todos los fantasmas y malentendidos que procrean intolerancia. La frontera tiene que construirse con cultura y educación, una frontera que marque la conciencia de la diferencia y de la propiedad con criterio de reconocimiento de la alteridad.

Una frontera tiene dos lados, no puede ser uno solo, si fuera así, sería una línea de demarcación… Conocer más y explorar más el otro lado es empezar a construir la nueva frontera del futuro como un libro abierto y transparente de responsabilidades compartidas. Para eso tiene que imponerse un proyecto internacional y binacional que exija e imponga la construcción humana y socio-económica del lado más abandonado, que a la luz del sentido común está en Haití.

La isla solo será isla del siglo XXI, con el refuerzo de la frontera humana y socio-económica que confirme las dos soberanías de lado y lado, las dos culturas diferentes y los dos estados de lado y lado.

Somos una isla binacional, es ahí el punto clave del futuro compartido, y la mayor y mejor manera de luchar contra los fenómenos conflictuales es construyendo un sentimiento de la bi-lateralidad.

Las autoridades de Haití tienen que mentalizarse con la construcción y la concientización del desarrollo de su lado de frontera, como un proyecto que pueda absorber desde su geografía la extraordinaria dinámica poblacional con iniciativas que integren sus nacionales en la agricultura, la industria, los servicios, la salud y el turismo.

Desde Jacmel a Cabo Haitiano, pasando por Fort Liberté existe todo un territorio por descubrir y por inventar frente a las exigencias que tienen que imponerse en la reestructuración territorial de la República de Haití, lo que les permitiría así salir del binomio Port-au Prince CapHaitien. Tienen espacio, mucho espacio territorial para que esta otra parte de la isla incentive una dinámica donde su propia frontera sea un territorio de desarrollo, trabajo e integración nacional.

Esto sería un paso fundamental con resultados inmediatos a corto, mediano y largo plazo. Felicitamos a los empresarios dominicanos y haitianos que ya entienden que la isla es de lado y lado. Las autoridades estatales dominicanas están con la perspectiva de cooperar en el desarrollo fronterizo y en espera de una planificación de Haití para convertir su lado en una fuente de paz y desarrollo.

Es esta nueva isla del siglo veintiuno que se debe construir con una cultura política y humana, que ayude a conocer más nuestros límites y nuestros territorios, porque la isla de hoy nunca será la isla de ayer, pero conocer la isla de ayer, volver a los orígenes y al pasado, nos permite conocer mejor las necesidades de la isla de hoy. Tendremos que alimentar el futuro de la isla con una visión de cooperación ética justa y compartida de lado y lado.

Invitamos a cada una de las partes, de los pueblos, a conocerse mejor en cada lado, y creemos que este es el momento de abrir un gran encuentro bi-nacional e internacional, que ponga las cartas arriba o sobre la mesa, y que invite el staff internacional a conocer la isla con sus problemáticas de lado y lado, pisando tierra y escuchando las necesidades del porvenir, porque es hora de que las autoridades internacionales analicen la isla desde la isla.

Creemos en la isla desde la frontera de lado y lado, es ahí donde está la clave del futuro de esta isla Hispaniola cargada de una esperanza que reforzará la soberanía de cada nación.

 

 

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