La JCE, el Tribunal Electoral y la democracia

La JCE, el Tribunal Electoral y la democracia

Decía el filósofo y constitucionalista Eugenio María de Hostos, padre de la educación dominicana, que los órganos electorales constituyen el primer poder del Estado, ya que de su actuación se derivan los demás.

La democracia electoral es el único componente que ha avanzado en el sistema político dominicano después de los fraudes protagonizados por el PRSC en 1990 y 1994; gracias a la campaña nacional e internacional orientada por el  PRD, que produjo a la reducción a dos años del nuevo período de Balaguer, y a la elección sucesiva en la JCE de independientes, encabezada por intachables como César Estrella Sadhalá, Juan Sully  Bonelly y Ramón Morel Cerda, por lo cual ésta tuvo un gran repunte.

En los últimos años se ha retornado a la práctica malsana de designar una JCE complaciente con el Poder Ejecutivo, con participación mínima de los partidos mayoritarios opositores.  Al subdividirse  en dos cámaras y un Pleno, se ha manejado para que predominen los personeros del partido oficial en todas esas instancias, lo que explica el porqué los delegados políticos de los partidos ahora no reciben actas y se rechazan todas las reclamaciones de los adversarios sin molestarse en revisar actas ni votos.

Con la reforma constitucional se  crearon una  JCE y un Tribunal Superior Electoral (TSE), cada uno con cinco miembros,  a ser escogidos uno por el Senado y otro por el Consejo  de la Magistratura.

1. El Senado, fruto de “malas artes” del Partido en el Poder, no tiene un solo miembro del PRD, cuando a pesar de todo eso obtuvo un 42% de los sufragios, cuando por ejemplo en Puerto Rico el Partido Independentista tiene un Senador con apenas el 2% de los votos recibidos. En el proyecto de Constitución impulsado por el CONARE, que recibió el apoyo pleno de la Comisión Especial con representantes de todos los partidos y las principales organizaciones sociales, inclusive el PLD, había tres Senadores nacionales , más importantes que los diputados, por sus atribuciones especiales y número restringido.

2. CONARE también  sostuvo que la elección de la JCE debía ser hecha por la Cámara de Diputados por ser mucho más representativa que el Senado.

3. En el caso de la JCE no se justifican, más de tres, y no tendrían que ser abogados como en gran parte del mundo, pues su naturaleza es administrativa y sociológica.  Ahora muchos se la pasan viajando con los recursos del Estado para aprender y pasear.

4. El TSE tiene cinco miembros con poco trabajo.  En países más ricos, en tiempos electorales se utilizan jueces del sistema judicial ordinario. Si se acepta uno para la oposición y se pone un Presidente pasivo con otros tres que respondan al Gobierno, no habría casi nada que hacer.

5. Lo único que procede en esta circunstancia, como en 1994, es apelar a la opinión pública y los organismos internacionales para preservar la democracia, con una JCE y un TSE verdaderamente independientes, confiables para arbitrar  las elecciones del 2012 y las subsiguientes, se evitaría  una  futura crisis de gobernabilidad.

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