Hoy 
El procesamiento y el registro de actos de la vida civil son tareas incesantes que a nivel nacional acomete la Junta Central Electoral expidiendo con fe pública los documentos de identidad de mayor importancia para los ciudadanos, desde nacer hasta morir, con volúmenes en físico y archivos electrónicos como constancia permanente del comportamiento demográfico de la nación con verdades de a puño, protegidas de los daños del tiempo y de los propósitos de alteraciones y falsificaciones que desde la sombra asechan.
La entidad que, además, organiza y dirige las justas electores, se sujeta sin tregua y con temple a cronogramas de creciente consumo de recursos para no fallarle a la sociedad que debe ser librada de los efectos para el presente y el futuro de fragilidades, imperfecciones y tropiezos anteriores.
Sus desempeños y planes de trabajo, de corto, mediano y largo plazos, avanzan en función del apoyo presupuestal que reciban.
La democracia tiene su costo, que incluye mantener al día el sistema electoral y de inscripción fiel de los actos ciudadanos. La trascendencia de los objetivos a cargo de la JCE debe ocupar la atención pública.
Un virus artero y agudamente adverso en varios aspectos a la marcha del país congestiona con gran peso la agenda del Estado en la que de todos modos deben permanecer las metas de propiciar la funcionalidad de organismos del sistema de derechos que nos rige.
Fin de pausa delincuencial
Está visto: los confinamientos más duros e ineludibles en tiempos de virus sacan de circulación tanto a los ciudadanos honorables como a los que no lo son. Unos, por respeto a la autoridad y a los esfuerzos preventivos.
Otros (los antisociales) se inhibían temporalmente ante el patrullaje con registros de identidad por calles con pocos parroquianos expuestos al despojo. Para fines estadísticos, parecería que la criminalidad desciende porque se la persigue más y no como efecto colateral de políticas sanitarias.
Las flexibilidades han reactivado maleantes en barrios y zonas ganaderas. Los que emplean motocicletas para azotar escapan por más horas que antes a las acciones policiales. Excederse en confiar que la pandemia retrocede es de alto riesgo. También lo es subestimar la delincuencia salida de notoriedad.
