La Junta tiene un deber serio

La Junta tiene un deber serio

La Conferencia del Episcopado Dominicano recordó ayer a la Junta Central Electoral (JCE) que tiene un compromiso histórico de celebrar elecciones limpias y transparentes, procurando que nada falle por negligencia o improvisación.

Agrega que «unas elecciones conflictivas y un resultado bajo sospecha o prueba de fraude tendrían muy negativas consecuencias para nuestro futuro».

Exige a la Junta que preste atención a los reclamos y consejos de la Comisión de Seguimiento que preside monseñor Agripino Núnez Collado.

Los obispos señalan que la JCE debe celebrar unas elecciones impecables. «Deben ser muy conscientes de ello y, dados los temores existentes, objetivos o no, deben esmerarse en que nada falle por negligencia, improvisación o falta de dedicación plena, mucho menos por intereses partidistas o de otro tipo», agrega.

En un mensaje difundido con motivo de la conmemoración del Día de la Independencia, la Conferencia del Episcopado señala que el pueblo pide que la comisión de seguimiento sea exigente, clara y firme en sus reclamaciones y que no deje de hacer públicas sus recomendaciones y el éxito de las mismas.

Recomienda a la JCE que escuche atentamente a dicha comisión y acepte sus reclamos y consejos.

Los obispos expresan el deseo del pueblo de que la JCE establezca un clima de tranquilidad total en torno al padrón electoral, limpieza responsable y ágil acción de los colegios electorales y sobre el centro de cómputos.

«La República Dominicana no es ya una media isla poco conocida, perdida en el mar Caribe. Somos un destino codiciado turísticamente, de gente admirada y querida por los que nos visitan y un lugar apetecible para magníficas inversiones. Estaremos, consecuentemente, muy en la mira internacional», advierte.

[b]CAMPAÑA ELECTORAL[/b]

La Conferencia del Episcopado Dominicano refiere que ante la deteriorada situación económica del país, sería escandalosa una campaña dilapidadora, con gran dispendio de dinero, por lo que se impone una campaña austera por parte de todos, para evitar la competencia injusta.

Las mutuas descalificaciones y vituperios recíprocos a nada conducen, señala. Considera que dados los problemas políticos y sociales, lo que «los votantes queremos oir y conocer no son esos ataques verbales mutuos ni promesas vagas, sino en concreto cuáles son las medidas que cada uno, si ganan, va a implementar, qué acciones eficaces va a desarrollar y quiénes son los individuos que va a llamar para todos los puestos de la administración pública».

Resalta la necesidad de que los candidatos mantengan en sus discursos un realismo sano, evitando prometer mucho y exponer a la población a una frustración que estiman sería muy peligrosa.

Señala que la no aprobación de la Ley de Lemas o de Voto Preferencial ha dado satisfacción a la mayoría del pueblo dominicano, y resalta que juristas expertos en la Constitución la han calificado repetidas veces como inconstitucional y la Junta Central Electoral advirtió que de ser promulgada sería imposible aplicarla ya en el actual proceso electoral.

[b]MENOS PALABRAS Y APAGONES[/b]

Los obispos enfatizan que las promesas incumplidas son la tumba de los políticos y citan que a pesar de las promesas de solución del problema energético, los apagones, en vez de disminuir, han aumentado. «Una vez más queremos recordar que hoy el bienestar y desarrollo de un pueblo se mide por el consumo de kilovatios por persona. La paciencia del pueblo ante este problema ha sido ilimitada. Lo que pide son no más promesas, sino soluciones reales y rápidas».

[b]PARENTESIS PELIGROSO[/b]

Sostiene que ante el país se abre un paréntesis que abarca desde el momento presente hasta la instauración del que gane las elecciones. Incluye la campaña electoral y el período desde las elecciones hasta la toma de posesión de las autoridades elegidas.

«El peligro está en un deterioro de la situación o agudizamiento de los problemas por abandono o falta de entrega a sus funciones en los funcionarios de la administración pública. Este comportamiento debe ser evitado por respeto a la población, por fidelidad a la función asumida», advierten los obispos.

[b]RECHAZAN HUELGA[/b]

La Conferencia del Episcopado Dominicano rechazó el llamado a una nueva huelga general, por considerar que no tiene sentido por la proximidad de la anterior en que el pueblo manifestó ya su frustración y por la cercanía de unas elecciones.

Los abispos alegan que la huelga que se anuncia pasa a tener matiz político y por lo tanto no puede ser general y se corre el peligro de que no sea pacífica.

«Vivimos en democracia y lo correcto es que todo el que tenga concretas opciones políticas las someta serenamente al veredicto de la población en unas elecciones sin necesidad de recurrir para ello a métodos violentos», expresa.

Concluyen haciendo un llamado a la población para recurrir a la gran reserva humana y moral para enfrentar con decisión y entereza todos los males que aquejan al país.

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