La juramentación de Obama

La juramentación de Obama

Aún cuando en principio todas las Biblias son iguales, las Biblias que pertenecieron en vida al Presidente Lincoln y al doctor Martin Luther King,  Jr., probablemente serán conocidas a partir del pasado 21 de enero del 2013 – día de la juramentación del segundo mandato del Presidente de los Estados Unidos, Barack Hussein Obama – como las Biblias de Obama.

Este año el mundo conmemora, junto a los Estados Unidos de América, el 150 Aniversario de la Proclama de Emancipación de los Esclavos, del 1ero. de enero de 1863, que finalmente sería adoptada constitucionalmente en la Enmienda XIII, en diciembre de 1865.

Su autor Abraham Lincoln, abogado autodidacta, político, filósofo y orador de extraordinaria elocuencia, decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, mantuvo la Unión Americana durante su mandato a partir de 1861, librando contra los Estados del Sur, la denominada Guerra de Secesión.

También este año, se cumplen 50 años de la memorable Marcha de los Derechos Civiles,  Washington, D. C., 28 de agosto de 1963, que al final fue bendecida por el discurso paradigmático, de gran belleza y fuerza literaria, pronunciado por el líder de los Derechos Civiles, Reverendo M. Luther King, Jr.,  “Sueño que un día mis cuatro hijos vivirán en un país en el cual serán juzgados no por el color de su piel, sino por el contenido de su personalidad.”

Barack Obama: Estadista, legislador, brillante orador y político, graduado de leyes y ciencia política de las universidades de Harvard y Columbia, respectivamente, y profesor de Derecho Constitucional. Jurará su cargo sobre la misma Biblia que empleó Abraham Lincoln para su primera investidura, el 4 de marzo de 1861. Y ha sido cedida nuevamente a fin de que se le administre el juramento al actual Presidente Electo, por segunda vez, después de que Lincoln jurara sobre ésta hace 152 años.

El juramento (o protesta) de los presidentes norteamericanos conlleva literalmente una fórmula constitucional, que conforme al numeral 7, del Artículo 2, dice así: “Juro (o protesto) solemnemente que desempeñaré legalmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos y que sostendré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos, empleando en ello el máximo de mis facultades.”

Ninguna disposición legal ni constitucional obliga a los presidentes electos a jurar sobre una Biblia; sin embargo después de que el primer presidente George Washington lo hiciera, ha quedado como una costumbre; pero, John Quincy Adams (1825), por ejemplo, lo hizo sobre un libro de leyes de los Estados Unidos, y curiosamente Lyndon Johnson (1963) juró en un avión sobre un misal católico.

 Barack Obama entrevistado por la revista Time en el año 2005, y cuestionado específicamente acerca del impacto de Abraham Lincoln en su vida, declaró que: “En el ascenso de Lincoln de la pobreza, en su dominio absoluto del lenguaje y la ley, en su capacidad para sobreponerse a las pérdidas personales y mantener la determinación ante las repetidas derrotas, en todo eso, me recordó no solo mi propia lucha”.

 Tanto el primer presidente negro de los Estados Unidos, así como Abraham Lincoln, seleccionaron como parte de sus respectivos gabinetes para el importante cargo de Secretario de Estado a sus contrincantes a la nominación dentro de sus partidos.

 Obama escogió, para su primer período,  a Hillary Rodham Clinton; y, Lincoln, a William H. Seward. Quizás impelido por las circunstancias, un gabinete de rivales fue el que designó Lincoln en su primer mandato, destacándose como un verdadero genio político. Llegando incluso a recomendar para presidir la Corte Suprema de Justicia a su adversario Salmon P. Chase.

Son dificultades dramáticas, que también en esta oportunidad determinan que lo más sensato para el Presidente Obama es hacerse asistir de un equipo capaz y honrado; mas, no necesariamente de un grupo de adeptos incondicionales.

Finalmente, deseo concluir estas cuartillas preguntándome, ¿qué le trae a este mundo global y dividido el reelecto presidente americano? ¿Encarnará su figura y mandato, realmente, la esperanza y solución de cómo restaurar el Sueño Americano? ¿Se reencauzará nuestra civilización occidental por el camino del honor y la verdad?

 Sé que estas preguntas solo podrá respondérmelas el tiempo; pero, creo que en esta nueva jura solemne de Obama, sobre las Biblias de Lincoln y Luther King, en este compromiso histórico, estaría la clave acerca de las principales ideas sobre las que se podría componer este planeta descompuesto: Capacidad, tolerancia, unidad, amistad y decencia. Y qué alivio sería para los norteamericanos, y para el mundo, si con este simbólico acto de profesar fe y declarar sobre las Escrituras, se abriesen para nuestra humanidad que padece entre pujos de llanto y agonías… las puertas de la justicia y la paz.

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