Miguel Ángel Rodríguez, expresidente de Costa Rica, advirtió que la corrupción es un pecado que se agrava cuando se mezcla con la impunidad y falta de independencia de la justicia, la cual no se puede politizar y debe garantizarse que todos los ciudadanos puedan ser juzgados igualmente.
Dijo que los políticos deben lograr que la gente sienta que están comprometidos con el bien de la sociedad, al indicar que en América Latina la gente está convencida de que los líderes han fallado y el progreso ha sido para muy pocos, y la gran desigualdad que hay en el continente ayuda a mantener esa creencia.
Rodríguez consideró además que un tema fundamental para la región es la construcción del estado de derecho, porque si no se trabaja por la libertad, no se logrará la confianza de la gente.
El expresidente habló de estos temas durante el seminario internacional “América Latina: oportunidades y desafíos”, organizado por el Centro de Análisis para Políticas Públicas (CAPP) que preside Ito Bisonó, quien destacó que cuando una sociedad asume como valores la democracia, la libertad, los derechos humanos, permite promover el desarrollo social y político de la región.

Las estructuras populistas. Rodríguez también advirtió la dificultad de los gobiernos para salir de las estructuras populistas adoptadas a través de programas sociales, porque cuando hay que prescindir de ellas la gente solo siente el efecto inmediato de eliminar algún subsidio y no el logro posterior de hacer más eficiente la producción.

Dijo que otro elemento preocupante en la región es la baja calidad educativa, pese a que hay países como Costa Rica que han aumentando considerablemente la inversión en ese renglón.
Cree que hay que mejorar los sistemas de selección de los maestros, y reforzar más la supervisión y actualización del docente. Además que debe haber más educación vinculada a los empleos técnicos.
Rodríguez considera que la región tiene un gran camino que trabajar en la expansión de su comercio. Además que debe defender la Organización de Estados Americano (OEA) para que tenga más fuerza y respeto y que defienda derecho internacional, los derechos humanos y la democracia.

“Gobernar es difícil y en democracia aún más, pero hay que hacerlo bien y comprometido con los valores fundamentales que conducen al bienestar material y espiritual de las personas… con democracia, mercados eficientes podemos construir una sociedad más solidaria y mucho más feliz”, expresó Rodríguez ante un auditorio repleto en el hotel El Embajador.