En una conferencia ofrecida en la Sociedad Dominicana de Pediatría, la pediatra y nutrióloga Altagracia Páez sostuvo que la lactancia debe ser el único alimento suministrado a un bebé durante sus primeros seis meses de vida.
La lactancia exclusiva y la alimentación infantil fue el tema central del desayuno-conferencia que se llevó a cabo en el hotel Jaragua, discusión que permitió a pediatras, enfermeras y otros especialistas arrojar luz sobre el contenido que genera controversia entre padres y médicos.
La alimentación del bebé está dividida en dos etapas: la lactancia exclusiva hasta los seis meses y la alimentación complementaria, desde los seis hasta los doce meses, no antes, que incluye alimentos en la dieta.
Parte de la preocupación que expuso la doctora Páez fue que de cada diez casos que llegan a su consulta de pediatría, ocho pacientes menores de 5 meses ya están consumiendo alimentos complementarios.
Las madres, por influencia cultural y de las abuelas, introducen en la dieta de sus hijos de forma temprana los alimentos que complementan la dieta del lactante antes de los seis meses, sin seguir las instrucciones de los pediatras.
Y esta errada práctica provoca en la mayoría de los casos obesidad infantil, diabetes tipo uno, mal desarrollo del cerebro, trastornos psico-afectivos y desórdenes alimenticios a largo plazo, y obstruye el desempeño óptimo del organismo y metabolismo del bebé.
Padres y pediatras. Es evidente entre las consultas que el principal problema para los padres es controlar la yuxtaposición entre los avances de los estudios demostrados y la cultura arraigada de los abuelos y el entorno que rodea al infante.
Páez explicó que incorporar los alimentos de forma temprana o tardía produce al infante desórdenes metabólicos e intolerancia al gluten o la lactosa, por mencionar los más comunes.
La alimentación complementaria se fragmenta en alimentación tradicional: con papillas, colados de frutas y purés, entre otros; y familiar que comprende los alimentos balanceados consumidos por la familia habitualmente.
Es contraproducente sobrealimentar a los niños, el estómago del bebé es veinte veces más pequeño y es de vital importancia identificar, comprender y asimilar, sus expresiones, si suspira y sonríe está saciado y si niega con la cara, no quiere más. Pidió a los médicos especialistas lo siguiente: “Es justo proteger al niño, pero el exceso también le hace daño. El infante en desarrollo debe ensuciarse y estar en contacto con la naturaleza para poder desarrollar anticuerpos”.
De su lado, la presidenta Sociedad de Pediatría, Sandra Orsini, respaldó la información de la doctora Páez y resaltó que la alimentación adecuada evita la desnutrición e incrementa la estatura del lactante hasta en un cincuenta por ciento.