La leche, ¿es perjudicial para la salud?

La leche, ¿es perjudicial para la salud?

El hombre es el único mamífero que bebe leche durante la edad adulta. Si bien es cierto que los demás animales no tienen la opción de ingerir este alimento cuando dejan de obtenerlo de sus madres, este hecho ha llevado a algunos investigadores a plantearse si la leche es un alimento conveniente una vez que se ha rebasado la infancia.

Y de ahí ha surgido algún estudio que pone en tela de juicio la bondad de la leche; incluso uno de ellos, realizado en Gran Bretaña, relaciona su consumo con una mayor probabilidad de que aparezcan ciertos tumores. A otros expertos, en cambio, no les convence esta teoría, y defienden la necesidad de incluir leche en la dieta diaria. Aquí ofrecemos dos opiniones encontradas al respecto; saque usted sus propias conclusiones.

RAMÓN COLOMER

Jefe de Servicios del Instituto Catalán de Oncología, de Gerona.

1- La leche es un alimento esencial en la dieta actual y no existe ninguna evidencia científica para que deje de serlo, incluso con independencia de la edad en la que se consuma. Si se incluye de un modo razonable dentro de la alimentación sana, no hay ningún problema para tomarla. Sí es cierto que en los países desarrollados se ha producido en los últimos años un aumento de la ingesta de leche y sus derivados entre los niños y que, al ser estos alimentos ricos en calorías se han disparado las cifras de sobrepeso y obesidad en los menores, en lo que ha ayudado también el mayor grado de sedentarismo. Por eso es preferible consumir los lácteos bajos en grasas.

2- En los lactantes, la leche si posibilita un mayor crecimiento de los tejidos orgánicos, pero atribuir a esta causa una relación con el desarrollo del cáncer es un simplismo. Y si hay compuestos presentes en la leche que estimulan el crecimiento de la células cancerígenas, como la proteínas IGF-1 (sigla del factor de crecimiento de la insulina), también es cierto que la leche contiene nutrientes que actúan en sentido contrario, como los ácidos grasos linolénicos que ejercen un papel preventivo. Y respecto a la lactosa, otro nutriente “sospechoso”, sólo si se toma en cantidades enormes provoca una resistencia a la insulina en el organismo que hace que éste la secrete en mayor cantidad, y de ahí puede surgir el desarrollo de la células cancerígenas. Pero asociar leche y cáncer de manera directa es una conclusión falsa.

3- El que haya más afectados por el cáncer entre las poblaciones que más leche ingieren (países occidentales frente a los orientales) no se debe sólo a esta causa; habría que analizar el conjunto de las dietas en su totalidad, pues también los orientales toman más verduras y menos grasa que nosotros. No se pueden concluir que la leche es un factor de riesgo para el cáncer a partir de un estudio epidemiológico. La leche es un alimento esencial en la dieta.

JEFREY HOLLY

Catedrático de Ciencias Clínicas de la Universidad de Bristol (Reino Unido)

1- La leche es un alimento imprescindible para el desarrollo normal de los mamíferos, para que su crecimiento sea el adecuado. Es especialmente recomendable para cubrir el período de tiempo que transcurre entre el nacimiento de la persona y la maduración definitiva de su sistema digestivo. Pero el hombre es el único mamífero que continúa consumiendo leche y sus derivados una vez que se ha acabado el período de lactancia materna.

2- Al llegar a la adolescencia, los relieves de la proteína IGF-1 descienden en el organismo del ser humano, puesto que su función es estimular el crecimiento. Si el cuerpo registra un exceso de esta proteína, entonces surge  un peligro: las células potencialmente cancerígenas que se producen de manera natural, pero que son contrarrestadas por los mecanismos defensivos y de reparación del ADN, pueden “encontrarse” con esta proteína, que les facilitará el crecimiento y la posibilidad de formación de una masa tumoral. Y la leche y sus productos derivados son los únicos alimentos en los que se ha detectado una notable relación con los niveles de esta proteína en la sangre.

3- Algunos resultados obtenidas en diversos estudios científicos apuntan a un mayor riesgo de cáncer de mama y de próstata entre las personas que tienen unos niveles más elevados de la proteína IGF-1. Esta probabilidad puede ser hasta tres y cuatro veces superior que  la de una persona que no presenta cifras altas de las proteínas. Por ello resulta aconsejable que las personas que estén preocupadas por evitar la aparición de estos tumores (por que tengan antecedentes familiares de cáncer por ejemplo) limiten el consumo de leche a un vaso por día. FUENTE: PREVENIR ES SALUD

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