Riad. Es tradición en Arabia Saudí que los curanderos traten algunas enfermedades incurables y el mal de ojo mediante el recitado del Corán, pero esta práctica se encuentra ahora en el punto de mira ante las crecientes denuncias de abusos. Aunque la legislación islámica reconoce la lectura del Corán y de las suplicas de “la suna” (la tradición del profeta) como tratamiento para los enfermos, las autoridades saudíes estudian regularlo debido a que se han dado casos de violencia y de acoso a mujeres.
“Leo versículos coránicos a personas que no han encontrado cura en los hospitales. La mayoría sufren de brujería o mal de ojo por envidia”, dice a Efe un curandero, que se identifica como jeque Abu Hasan. Cada vez es más frecuente que los que practican este método se anuncien en las redes sociales y en cientos de páginas web para ofrecer sus servicios.
No es el caso de Abu Hasan, que asegura no recurrir a internet porque no necesita más publicidad- “No tengo capacidad de atender a más pacientes”, agrega.
Este curandero, que deja claro que no recibe dinero de sus pacientes, también receta algunos productos que Mahoma usó como tratamiento natural, como la miel, el aceite de oliva y las semillas de negrilla. “El resto es charlatanería y engaño”, denuncia Abu Hasan, ante la nueva tendencia de cobrar precios desorbitados por estas lecturas aprovechándose de que muchos musulmanes están convencidos de la efectividad del tratamiento con el Corán.
De hecho hay veces que estas consultas son más caras que las de un médico. Por ejemplo, la clínica del curandero Adnan Taufiq al Hashemi pasó recientemente de cobrar 100 riales saudíes (unos 26 dólares) al equivalente de unos 133 dólares. Esta técnica ha abierto las puertas de par en par a los charlatanes e impostores, que han llegado incluso a perpetrar faltas a la moral contra las mujeres o usar la violencia como terapia. Por ello, el Ministerio saudí del Interior y el Departamento de la Fatua (edicto islámico) efectúan en la actualidad un estudio sobre estas prácticas, para regularlo o incluso proponer su prohibición.