Hace unos días el presidente del CMD, Senén Caba, criticó duramente las condiciones en que opera el hospital Francisco Moscoso Puello, una preocupación recurrente que todos debemos agradecerle, comenzando por los infelices que acuden allí porque no tienen otro lugar a donde ir a buscar alivio a sus dolencias.

Y aunque se refirió de manera particular a ese centro, donde según el presidente del CMD se han tenido que posponer procedimientos como cirugías por falta de materiales como gasas, alcohol, camas y sabanas, entre otros, dejó claro que esa es la situación que se vive en la mayoría de los hospitales.

Esas declaraciones no han recibido respuesta de las autoridades de salud, lo que puede interpretarse como una admisión de culpa por aquello de que el que calla otorga, pero también porque sus reiteradas denuncias se convirtieron en una letanía que oyen pero no escuchan, y mucho menos atienden.

Puede leer: Guerra avisada

Lo que es muy mala noticia si, como se sospecha, la que describe es una realidad deplorable aun eliminando las exageraciones del presidente del gremio médico; al que, insisto, hay que agradecerle su empeño porque los hospitales estén en condiciones de ofrecer un buen servicio. Pero así como decimos una cosa decimos también la otra, por lo que quisiéramos conocer la opinión de Senén Caba sobre la denuncia del expresidente del CMD en Puerto Plata, doctor José Luis Melo Sarita, de que de un total de 240 médicos nombrados en el hospital provincial Francisco Limardo, de Puerto Plata, solo acuden a ofrecer sus servicios 120.

Según el doctor Melo Sarita, la actitud de esos médicos que cobran sin trabajar es una burla al presupuesto del pueblo que maneja la administración de ese hospital, y lo mismo debería pensar cualquier ciudadano con un mínimo de vergüenza. ¿Se puede decir lo mismo del combativo Colegio Médico Dominicano? ¿O, al igual que la ADP, renunció a la autocrítica, tan necesaria para corregir el rumbo y enmendar errores?