La ley de migración y el Senado

La ley de migración y el Senado

Por iniciativa del Presidente del Senado señor Jesús Vásquez se creó una comisión especial de senadores que deberá revisar el proyecto de ley de migración para fines de su discusión y posterior sometimiento al pleno del hemiciclo. Esta comisión la preside el senador Tonty Rutinel.

Lamentablemente, esa buena iniciativa ha producido un retroceso en la propuesta de ley, pues con relación al proyecto que sometió el Poder Ejecutivo en febrero del 2001 y al nuevo proyecto consensuado por un grupo de la sociedad civil y la Cancillería Dominicana en el 2003, la nueva propuesta senatorial trae por los pelos un enfoque superado y retrógrado contenido en el proyecto de ley migratoria del 2000. De aprobarse la propuesta senatorial, la nación se quita la oportunidad de alcanzar una buena legislación, sustituyendo la iniciativa del gobierno central por una propuesta que colocará al país ante problemas internacionales, alejándolo de la posibilidad de alcanzar un marco legal que permita enfrentar con eficacia los retos migratorios internacionales del mundo moderno.

Este esfuerzo legislativo en más de un sentido representa una de esas lamentables contradicciones bien intencionadas que han caracterizado el ejercicio legislativo del presente congreso. Pero además representa una clara contradicción de los legisladores del PRD frente a su propio gobierno. Me explico.

El sincero esfuerzo puesto por el senador Rutinel en este asunto es digno de encomio, pero la orientación del mismo por sus resultados ha sido lamentable. En vez de asumir la continuidad de los esfuerzos realizados por la presente administración, donde la Cancillería realizó entre el 2001 y el 2003 un esfuerzo metódico que culminó en una moderna y consensuada propuesta de ley, la comisión senatorial lo que hizo fue recuperar la propuesta del 2000, en torno a la cual había consenso en sus numerosos defectos.

El senador Rutinel dirá que al final el documento que se tuvo como base de discusión en la comisión senatorial fue el elaborado por Cancillería en el 2003. Esto es sólo parte de la verdad. El documento que originalmente tomó en cuenta la comisión como base de discusión para la primera reunión fue la propuesta del 2000. Sólo después de que diversas autoridades del Poder Ejecutivo, sobre todo el Canciller Guerrero Pratts, y quizás miembros del propio Congreso, le hicieran ver al senador Rutinel que cometía un error, el proyecto del 2000 fue retirado como base inicial de la discusión y en su lugar colocado el del 2003.

A partir de ese punto el ejercicio de la comisión senatorial lo que ha hecho es en esencia asumir el esqueleto de la propuesta del 2003 de la Cancillería, insuflándole el enfoque, orientación y contenido básico de la propuesta del 2000. De ahí el carácter híbrido y las incoherencias y errores de bulto del proyecto que finalmente ha elaborado la comisión senatorial.

No se entiende por qué el senador Rutinel y su equipo no se pusieron en comunicación y trabajaron desde el principio con la Cancillería de la República y con el Dr. Hugo Tolentino, Ex Canciller. Esto les hubiese permitido apreciar con exactitud los antecedentes del proceso de preparación del proyecto de ley de migración.

Si los senadores hubiesen hecho esto, apreciarían que ya en el 2001 el actual gobierno había presentado una propuesta de reforma al proyecto del 2000, había organizado en el 2002 un grupo de trabajo con expertos y dirigentes políticos que representaban las diversas posiciones que en el país se tienen sobre el tema y arribado en el 2003 a un consenso razonable entre todos los sectores que tenían diferencias en la materia, eliminando errores y enfoques equivocados en la propuesta del 2001. En ambas ocasiones las piezas fueron introducidas al congreso a través del senado: la primera vez en el 2001 fue el propio Presidente Hipólito Mejía quien envió el proyecto, la segunda vez en el 2003 fue el senador Dagoberto Rodríguez quien reintrodujo la pieza.

En una palabra: la administración central del propio partido al que pertenece el senador Rutinel (el PRD) había hecho un esfuerzo serio por producir un proyecto de ley con un amplio consenso político y lo había conseguido. La comisión senatorial parece hacer caso omiso de estos antecedentes; lo que es peor: orienta sus esfuerzos de revisión del proyecto de ley en un enfoque que niega los esfuerzos que durante tres largos años hizo el gobierno de su propio partido.

Exhortamos al senador Rutinel a que con el entusiasmo con que ha trabajado hasta ahora estreche los lazos de cooperación con la Cancillería y otros actores de la sociedad civil. Estamos Seguros que el Canciller Guerrero Prats tiene muy buena voluntad para junto con los senadores y la sociedad civil articular un proyecto de ley que recupere lo alcanzado y consensuado en el 2003 y permita producir una moderna ley de migración que tanto necesita el país.

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