La Liga de Béisbol Profesional Dominicana arrodillada

La Liga de Béisbol Profesional Dominicana arrodillada

Cuando se habla de béisbol en Dominicana, se está refiriendo al deporte favorito del país. Sin embargo, con la incursión de “scouts” de las diferentes ligas de béisbol asiáticas, nuestros mejores expositores, tanto de bateo como de lanzamientos, han sido reclutados impunemente sin que la Liga haga nada para impedirlo, lo cual contribuye a la degradación de los equipos afectados, y como aguilucho que soy, me referiré principalmente a las Águilas Cibaeñas.

Las Águilas habían conformado un equipo equilibrado y podríamos decir con todos los elementos para ganar en buena lid el campeonato “Pilindo Bonetti”. Sin embargo, los denominados “buscadores de talentos” de las ligas asiáticas principalmente, han contribuido a diezmar y desmembrar un equipo que desde todos los puntos de vista, lucía el más completo. Los asiáticos comenzaron por contratar y sacar de la alineación al tercera base, Andy Marte, quien se vislumbraba iba a tener una campaña extraordinaria, al extremo que en apenas un mes y días había disparado siete cuadrangulares y no obstante esta funesta contratación, quedó segundo en jonrones disparados al final de la primera vuelta.

Lo mismo ha acontecido con Ricardo Nanita, quien estaba bateando sobre los 300 y era el jardinero derecho estelar del equipo. Ahora, tenemos que depender de novatos que no se han “fogueado” lo suficiente para ser estelares. Afortunadamente contamos con jugadores muy veteranos en el ocaso de sus carreras que han dicho presente, como el jugador de la Patria, Miguel Tejada, y el experimentado ex jugador de grandes ligas Manny Ramírez. Al parecer, de sentirse mejor de su lesión, también verá acción el excelente “campocortista” Rafael Furcal.

Mas los males no solo pueden ser achacados a las ligas orientales, también la Liga Mayor de Béisbol, por sus siglas en inglés MLB, ha aprobado que los equipos que la componen y cuyos jugadores visten las franelas de diferentes equipos en el país, dejen de jugar porque, según ellos, pueden sufrir de fatiga extrema o que le suceda una lesión que les impedirá iniciar los entrenamientos pre calendario regular de las Grandes Ligas. Los Rockies de Colorado impidieron en virtud de ese “poder omnímodo” de MLB, que el excelente “utility” Rafael Inoa continúe viendo acción en los juegos de la semi-final y la final del torneo. Tampoco le permitieron que actuara en el país al receptor Wilin Rosario.

Un fatal accidente impidió que el jardinero izquierdo Oscar Taveras integrase el equipo. También, el denominado “Tsunami” Carlos Martínez, perteneciente a los Cardenales de San Luis, ha sido limitado a lanzar apenas 40 lanzamientos por juego y está en veremos si le permiten jugar en la serie semi-final y final. Para fatalidad del equipo, solo falta que Dan Black, carta de triunfo en primera base, no regrese como prometió el 26 del mes que discurre.

Como indicamos anteriormente, únicamente nos vamos a referir al caso de las Águilas Cibaeñas, aunque caso similares han ocurrido en los demás equipos, en donde por una razón u otra, los seguidores de los equipos han visto cómo sus ídolos son impedidos de jugar, lo cual significa que el campeonato ha quedado castrado.

Es hora de que la Liga de Béisbol Dominicana (LIDOM) se ponga los pantalones largos y discuta con los representantes del béisbol organizado, reglas de juego precisas que impidan el desmembramiento de un equipo por una falsa apreciación de los dueños. Con respecto a los “scouts” asiáticos, debemos imitar la decisión tomada por la Liga de Béisbol de Venezuela que impide la entrada de los mismos a los juegos para no desmembrar los equipos que conforman la Liga.

Nuestra LIDOM no debe quedar postrada y arrodillada ante estos embates que merman la seriedad y calidad de los torneos nacionales. Si no se le pone coto a estas decisiones dañinas para la conformación de los equipos, nuestra Liga languidecerá tal y como está sucediendo en Puerto Rico. Ojalá los correctivos vengan a su debido tiempo antes de que los aficionados, por la ínfima calidad del torneo, abandonen definitivamente los estadios de béisbol. Por tanto, la acción debe ser inmediata para no seguir postrados de rodillas.

 

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