Uno de los resultados más reveladores aportados por el Primer Censo Nacional del Deporte en el año 2006, establecía que las ligas representaban el concepto más aglutinante de red con carácter corporativo del sistema deportivo dominicano.

Constituyó un descubrimiento realmente inesperado que las ligas ocuparan el primer lugar entre las entidades deportivas existentes en el país, una situación que parece ir in crescendo. Las mismas sumaban en total 1,300, por encima de los clubes que sumaban 1,105. El tercer lugar correspondía a las asociaciones deportivas que totalizaban 281.

Durante un largo tiempo primó la idea de que los clubes ostentaban la primacía numérica, siendo proclamados como la base de nuestro sistema deportivo. El estudio refiere que de un total de 3,128 entidades deportivas diseminadas en el territorio nacional, las ligas, en su gran mayoría dedicadas a la práctica del béisbol, representaban el 41.58 % del universo de tales organizaciones.

Al autor de esta entrega, a la sazón Viceministro Técnico de la cartera deportiva, le correspondió además ser el Director Ejecutivo de ese Primer Censo Nacional del Deporte, que incluyó los renglones de recursos humanos, entidades deportivas e instalaciones, una labor que se llevó a cabo con el concurso técnico-profesional de la Oficina Nacional de Estadística y la colaboración de los entes del movimiento deportivo organizado.

Según un estudio sociológico de la firma Instituto de Estudios Caribeños (INEC) contratada por el Ministerio de Deportes entonces bajo la gestión de Felipe Payano, para analizar los resultados del censo, se determinó que el lugar ocupado por las ligas tenía que ver con el proceso de decadencia por el que habían pasado las organizaciones con fines de reivindicación de derechos y de ciudadanía, como ha ocurrido con la mayoría de los clubes culturales y deportivos de carácter popular.

El nombre de la liga aparece renovado en el país, y su nivel de institucionalización ligado a intereses económicos de grupos o de personas en tanto que sirve de medio de rentabilidad y mecanismo de sobrevivencia.

Estas ligas se caracterizan por ser el puente entre atletas con las academias de béisbol de los equipos de grandes ligas establecidas en el país. Estas procuran capacitar atletas con la idea de convertirlos en agentes del béisbol profesional norteamericano, lo que ha llevado al capital transnacional a hacer inversiones en el territorio nacional.

Podría lograrse cierto equilibrio en la situación, concretizando la iniciativa de la actual administración deportiva oficial reactivando el movimiento clubístico popular, accionar demostrado con el reciente rescate y remodelación de la Casa de los Clubes. Todavía más trascendente será el amplio programa sobre la creación y fomento de clubes escolares en apoyo y coordinación con la cartera educativa y el INEFI.

Al sector oficial le corresponde contribuir organizando un sistema deportivo en el que sepan convivir los valores del mercado sin afectar los valores del desarrollo humano promovidos por el deporte para todos.