La limosna y el tesoro

La limosna y el tesoro

La política y los negocios requieren de personas “con los pies en la tierra”. Política y negocios son dos terrenos cenagosos donde trampas y enredos son “cosas de todos los días”. En ambas actividades las apariencias y las prédicas no concuerdan con las realidades, ni con las intenciones. Se dice que el auténtico político y el verdadero hombre de negocios no deben creer “en va a llover”; por aquello de que “va a llover no moja”. Las promesas –políticas y de negocios– suelen volverse “sal y agua”. Las habilidades del político y del hombre de negocios consisten en dos cosas esenciales: en ver buenas oportunidades donde parece no haberlas; y en descubrir, tras el follaje de promesas y prédicas, las realidades ocultas.

Tanto el político como el hombre de negocios saben que los hombres “tienden a la sinvergüencería”, con la misma inevitabilidad que corre el agua por una pendiente. De ahí que siempre estén “en guardia” para “no caer en lazos” o “curarse en salud”. Estas actitudes sapienciales se completan magníficamente cuando, a pesar de esas fundadas suspicacias, creen que es posible “sacar a flote” algunas empresas y proyectos, para beneficio de amplios grupos de la sociedad. Y esto vale para empresas privadas, grandes y pequeñas, y para proyectos colectivos de gran envergadura.

Un profesor excepcional, a quien conocí en mi primera juventud, afirmaba que el político y el capitán de industria debían tener, ciertamente, los pies en la tierra, pero la cabeza en las nubes. Y si no era así, no llegarían a ser políticos y empresarios “de pies a cabeza”. Desde los tiempos bíblicos se viene hablando de explotación de minas. Las del rey Salomón son una leyenda judía acerca del origen de la riqueza de un monarca opulento.

La minería es ahora tema central, lo mismo en África que en RD y otros países americanos. Las empresas mineras, por lo general, pretenden que los gobiernos entreguen un tesoro del cual ellos darían limosnas al erario. Los países pobres no tienen capital ni tecnologías para explotar ciertas minas. El caso de la Barrick- Gold es doblemente ilustrativo: por buscar tesoros para dar limosnas; por haber topado con un político de “pies a cabeza”.

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