La línea 2 del Metro, igual que la 1

La línea 2 del Metro, igual que la 1

Al igual que la línea 1, ya en funcionamiento y en franca vía hacia el fracaso, los trabajos de la línea 2 del Metro de Santo Domingo la llevan a todo tren, sin que previamente se hayan terminado los estudios correspondientes que determinen la pertinencia de la cuantiosa inversión que implica su construcción. El virtual fracaso de la línea 1 se debe a muchos factores, entre otros, a la selección de un origen destino equivocado, lo que se evidencia en la insignificante cantidad de pasajeros que usan ese medio de transporte, la carga económica que representa para el país, el costo que tuvo para la economía familiar de diversos negocios medianos y pequeños que quebraron en la fase de construcción de la obra, el incremento de costo del suelo urbano en la zona norte de Santo Domingo, que limita aún más el acceso de los sectores más pobres a ese bien.

Si bien esos factores han incidido significativamente en el referido fracaso, mi hipótesis es que el principal factor que ha determinado esta circunstancia es la limitada fortaleza de la economía urbana de la ciudad de Santo Domingo, caracterizada sus áreas básicamente monofuncionales (muchas viviendas y pocos negocios), pensada y construida para el automóvil, no para el peatón que recorre las calles, que se detiene ante la vidriería de una tienda, que se introduce en diversos restaurantes de diferentes niveles, que conversa en un bar o heladería, la concentración del comercio en las llamadas plazas comerciales y no en toda su trama urbana y la existencia de negocios a manera de pequeñas manchas en toda la trama urbana de la ciudad. 

No se sabe dónde se concentra la población flotante de la zona metropolitana, que consumen y que demanda de consumo, ésta tiene, además de la capacidad de los negocios instalados de generar un flujo de pasajeros por horario y cantidad, tampoco los niveles de ingresos de los potenciales usuarios de la proyectada línea 2, que los convertirían en potenciales usuarios de la ciudad y no en simples transeúntes de un solo origen-destino. Un Metro no es un simple tren de carga, sino un medio para llevar la gente a lugares para disfrutar del ocio y tiempo libre y de compra y consumo en las áreas plurifuncionales de la ciudad.

No es, por lo tanto, una simple obra de ingeniería, sino el complemento de una economía urbana que lo demande, pues para decirlo con Weber, una ciudad es esencialmente un asentamiento de un mercado, cuya economía es la que va a determinar el tipo de transporte que ésta requiere.

La línea 2, 1ógicamente, transportará un mayor número que la línea 1, pero si estas cuestiones no se toman en cuenta, la construcción de esta nueva línea no garantiza que se logre la solución del sistema de transporte caro, caótico, frágil e inseguro del Distrito Nacional y de toda el área metropolitana; no logrará que Santo Domingo sea un lugar de circulación de peatones que potencien su economía y por consiguiente, el desarrollo de este país.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas