La linterna de Diógenes, jueza Luisa Ortega y RD

La linterna de Diógenes, jueza Luisa Ortega y RD

Ubi Rivas.

Diógenes de Sinope fue un filósofo nacido en 413 a. C. en la ciudad de Turquía que lleva su sobrenombre, excéntrico, vivía en una tinaja tipo tubería de 36 pulgadas, rodeado de una jauría, se masturbó una vez en el Partenón, y caminaba por las calles de Atenas apestoso, desaliñado, ataviado con un raído y mugriento sayal, portando una lámpara de aceite encendida a la luz del sol, procurando un hombre honesto.
Una actitud recia, menor que la de nuestro querido Diógenes Céspedes, que en vez de una lámpara de aceite, frota la suya de Aladino, suspirando que broten un par de mocanos, rememorando el 26-07-99 y el 30-05-61.
Diógenes de Sinope postulaba que todos los hombres son deshonestos y culpables, contrapuesto a la jurisprudencia, que establece que todos somos inocentes hasta que un juez sentencie lo contrario, inscribiéndome en el postulado de Diógenes de Sinope.
Una versión caribeña de Diógenes de Sinope surge rauda con la procuradora fiscal de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, suscribiente del fenecido comandante Hugo Chávez, no del inmaduro Nicolás Maduro, cuando el día doce de este mes acusó a ocho jueces de la Suprema Corte Judicial de romper por lacayismo, el orden institucional.
Cuestionando la forma en que esos ocho jueces fueron electos calificándolo de irregular, derivándose en consecuencia, “grotescas decisiones que atentan contra el orden constitucional y el Estado de Justicia y Derecho”, acotando premonitoria: “No puede ser que se desmantele el Estado por caprichos”.
El enrarecido escenario judicial venezolano puede clonarse en RD, con una judicatura secuestrada por canongías del PLD, y en el inmediato devenir, los dominicanos propiciamos la irrupción de varias Luisa Ortega, en Miriam Germán Brito, Esther Angelán, y otras, en los procesos que se avecinan.

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