La lista de Bergoglio

La lista de Bergoglio

Recordarán algunos de mis lectores el título del libro llevado al cine “La lista de Schlinder” sobre aquel alemán humanitario dueño de una fábrica, que en la oscura época hitleriana salvó la vida a cientos de judíos disfrazados legalmente por él a su propio riesgo, con tal de salvarles la vida y librarles de los campos de exterminio Nazi.

El periodista italiano Nello Scavo presentará en los próximos días el libro “La lista de Bergoglio”. Se trata de una investigación que enumera casos específicos en los que el entonces Padre Jorge Mario Bergoglio, S.J., actual Papa Francisco, ayudó a escapar del terror de la dictadura militar de Jorge Rafael Videla a cientos de personas, mediante una red clandestina de salvamento. Sobre la conducta de Bergoglio, sectores argentinos ligados al Gobierno de los Kitchmer, que el entonces Cardenal fustigó responsablemente por dar luz verde a la corrupción y a la inequidad, alentaron una leyenda negra sobre el humilde Cardenal de Buenos Aires que vestía sotana negra como un cura de pueblo y tomaba el Metro y el autobús como un pasajero proletario, testigo de eso lo soy mientras fui Embajador de este país en Argentina entre 2004-2005.

El tema de los dos jesuitas secuestrados mientras Bergoglio fue Provincial no sirvió de argumento para acusarlo de nada, sino que fue todo lo contrario. Como Superior Jesuita se fajó con los gorilas argentinos de entonces, de manera suave y hábil, que tuvieron que liberarlos vivos luego de siete meses, gracias a sus gestiones. En un comunicado publicado hace unas semanas en el sitio web oficial de los jesuitas en Alemania, el Padre Francisco Jalics descartó enfáticamente que el Papa Francisco, entonces Provincial de los Jesuitas en Argentina, tenga alguna responsabilidad en el secuestro del que fue víctima en 1976 junto a su compañero el sacerdote Orlando Yorio.

Así nos cuenta el entonces Cardenal Bergoglio en el libro del periodista Rubin publicado hace alrededor de ocho años, luego de aquel Cónclave en que fue electo el Papa Benedicto XVI y en que Bergoglio estuvo a punto de ser el nuevo Papa: “En el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús, en San Miguel, en el Gran Buenos Aires, donde residía, escondí a unos cuantos” y en otro párrafo nos cuenta: “Saqué del país por Foz Iguazú (en la zona de las cataratas) a un joven que era parecido a mí con mi cédula de identidad, vestido de sacerdote con el clergiman, y de esa forma pudo salvar su vida. Además hice lo que pude con la edad que tenía (apenas 35 años) y las pocas relaciones con las que contaba para abogar por personas secuestradas”.

Bergoglio fue además un abogado de causas desesperadas de gente explotada por bandas de traficantes de personas con fines de prostitución en la Argentina. En su libro “La vida oculta de Bergoglio” de Armando Rubén Puente, de reciente aparición, el autor cuenta que el Cardenal de Buenos Aires, en ese en ese entonces salvó de la prostitución a 80 mujeres en la capital argentina (algunas dominicanas) que fueron engañadas y llevadas a aquel país para ejercer un trabajo digno, pero luego secuestradas por esas bandas criminales para el trabajo sexual forzoso. Bergoglio escondió en conventos, pisos y casas de amistades de él, de absoluta confianza, a mujeres que estaban en peligro amenazadas de los traficantes que se consideraban propietarios de ellas.

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