La literatura de lengua francesa en su dimensión  universal

La literatura de lengua francesa en su dimensión  universal

A todos los hijos de la justica y de la libertad.

Desde finales del siglo 20, La francofonía ha crecido en su campo geográfico, histórico, lingüístico y cultural, espacios de alta apertura con el mundo global.

Hoy día, la literatura de lengua francesa con todas sus resonancias, de todos los continentes donde invita a los escritores a revelarnos sus imaginarios, sus modismos lingüísticos, sus formas y maneras de abrazar las lengua francesa con la exquisitez de sus tradiciones orales maternas, una lengua francesa de escritura donde la palabra serere, walof, bambara , kmer, creole, mandarin, le dan al francés de Moliere el toque del francés de Quebec, de Louisiana, de la isla Mauricio, de Madagascar y de todos los países que conforman el conjunto de la Francofonía, y que, con la lengua francesa en sus escrituras, nos abren el balcón de su pasado, la memoria de sus ancestros, la tradición de sus culturas y el horizonte de sus problemáticas en este mundo global del siglo 21.

Desde la conciencia de una valoración de la francidad con la defensa de la lengua francesa en su versión clásica, portadora de una exquisitez semántica, pero también vehículo insoslayable de los valores de la Ilustración, la lengua francesa es hoy un instrumento fundamental de conexión, universal, negociadora de valores del derecho y defensa de las personas, apuesta de desafíos de las economía naranja, del medio ambiente, de la economía justa, de la paz y de la diplomacia como instrumento humanizador y dialogante.

Hemos alcanzado una dimensión amplia y plural de todos los ejes posibles de extensión y manifestación transversal del conjunto de aspectos que configuran la francofonía.

Si tomamos en cuenta su misma geografía, nos ofrece varios mundos y culturas desde África del Oeste Louisiane, en el sur de Estados Unidos hasta el norte de las Américas con Quebec y las regiones francófonas de Canadá, Oceanía y Asia.

En esta perspectiva geográfica global se abre una territorialidad de amplia y variada connotación donde la diversidad pone de realce una inmensa vitrina de culturas que abrazan las variaciones de identidades nacionales con las excepcionales referencias de culturas cavernícolas ancestrales.

África del Oeste, Senegal, Benín, Mali, Camerùn, Guinea, Togo, Burkina Fasso, conviven con sus lenguas ancestrales y con la lengua francesa, vehículo universal de sus identidades propias.

Tomemos un ejemplo, Leopold Sedar Senghor, Poeta, presidente de Senegal, hijo de la comunidad cultural serere, quien al alfabetizarse en lengua francesa, como consecuencia de la colonización, se apoderó de la misma hasta llegar a ser el primer africano negro a ser elegido miembro de la Academia Francesa en 1983.

Fue el primer jefe de Estado de una excolonia francesa en considerar el diálogo posible entre colonizadores y colonizados que supo eternizar en su Plegaria de la paz.

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Las geografías de la francofonía son espacios de alto contenido cultural y literario.

Si tomamos en cuenta las y los autóctonos de Canadá nos vamos a encontrar con voces representativas de diversos mundos como es el caso de la poeta Natasha Kanapè Fontaine.

´´Un llamado surge en mí y decidí decirle si . Decirle si a mi nacimiento. Asumir en mi mente las memorias que emergen en concierto con todas las mujeres autóctonas que se levantan de la oscuridad ambiental. Las memorias de las heridas, las memorias de la tierra, las memorias del pueblo y de sus antiguas generaciones. Escribo para decir si a m i ser, a la mujer en mí y desraizar para siempre la Colonización”.

Joven, muy joven, la escritora y poeta autóctona, Natasha Kanapé Fontaine, actriz y artista visual performativa, nacida en 1991, se hizo conocer primero por su poesía y por su voz militante de una mujer inuit, defensora aferrada a los principios del respeto del planeta.

Viaja por todo el Quebec con un mensaje de diálogo y reconciliación entre los colonizados y los colonizadores.

In Bleuets et abricots publicado en 2016, escribe

“Soy
Existo
He venido con la luz
He vuelto para quedarme
He vuelto para asentarme en el país
Darle su nombre de tierra ”.

En esta dimensión poética, sentida desde los matices más profundos de las lenguas autóctonas del gran norte canadiense la poeta Josephine Bacon expresa en francés el sentir de su excepción cultural.

“Somos escasos
Somos ricos
Como la tierra
Soñamos ”

Enamorada de sus orígenes inuit, se entrega en la creación literaria de Quebec, contribuyendo en la investigación antropológica de la Universidad de Laval con su talento natural por la poesía.
El valor de la tierra, del origen, de la identidad de la tradición y de la costumbre es un referente permanente en las literaturas francófonas.

Los “Gobernadores del Rocío” de Jacques Roumain honran el mundo ancestral rural con una conciencia universal del respeto a la tierra y una plegaria al sol y al agua como elementos imprescindibles de la vida.

Esta novela escrita en 1944 sigue impactando los mundos literarios francófonos y afroamericanos, pero hoy frente a los desafíos medioambientales del siglo veintiuno, es una obra monumental y fundamental para la conciencia global del calentamiento climático, en su súplica por el tesoro agua.

“Solo queda el esqueleto del árbol, en el fondo del horizonte, subía un rumor intenso y denso… una cortina de lluvia acudía… con el bramido incesante de la tormenta. Ya estaba aquí la lluvia, primero algunas gotas precipitadas y calientes, después el cielo negro se abría en un diluvio salpicado de relámpagos…”

La escritora vietnamita Linda LE, en su novela “Letra muerta” expresa todo el dolor del país perdido cuando abandona Viet Nam dejando atrás a su padre enfermo, en esta ficción la escritora logra expresar la pérdida del padre con un tono de preciso alcance sicológico.

“Y ahora que han dejado de llegar esas cartas, ahora que sujeto entre mis manos las hojas del archivo de mi padre, me parece oír que de esas páginas se alza una voz que me juzga, me condena”.

Sabemos desde el Caribe los aportes de libertad y pensamiento qu nos han ofrecido los escritores del Caribe francófono desde Cesaire Fanos, Glissant, pero hoy , frente a la amenazante oscuridad oscuridad de un mundo global en retrocesos de conflictos y guerras.

Pero hoy surge la voz de Patrick Chamoiseau.

“Pensar el oscurantismo hoy, es
Reflexionar sobre todo lo que se opone al espíritu de
ciencia, a la relación con los demás, todo lo que
desconoce los grandes desafíos contemporáneos,
todo lo que atañe la vida, la diferencia, la diversidad, las fluideces
criollizantes y relaciónales del mundo
contemporáneo…”

En este primer tercio del siglo 21 para pensar el mundo, hay que volver a leer Glissant y Chamoiseau, dos autores fundamentales para apoderarse de la literatura como instrumento de libertad.

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